La Luz Jubilar brilla ya sobre las murallas del Castillo de Caravaca de la Cruz

La Luz Jubilar se encendió este domingo poco después de las doce del mediodía en uno de los torreones del Castillo de Caravaca, mientras que en el interior de la basílica se iniciaba la celebración de la eucaristía presidida por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, y se cantaba el ‘Gloria’ por parte del coro de la parroquia de El Salvador. La luz no dejará de brillar hasta la clausura del Jubileo de la Vera Cruz el día 12 de enero del próximo año. Con este gesto quedaba inaugurado el Año Jubilar, cuarto que se celebra desde la concesión ‘In perpetuum’ por parte de San Juan Pablo II, con la que se reconocía la costumbre de peregrinar a Caravaca desde desde la segunda mitad del siglo XIV, en la Edad Media.

Antes de iniciarse la misa, tras la recepción oficial de las autoridades e invitados en la plaza del Arco, se realizó el recorrido por la cuesta del Castillo hasta la basílica. En la comitiva, junto al alcalde, José Francisco García, y el hermano mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, Luis Melgarejo, se encontraba el presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, López Miras. En la explanada de la basílica saludaron a Gil Tamayo, que llegó acompañado del obispo de la Diócesis Cartagena, Lorca Planes.

En la Sala de Cabildos tuvo lugar un acto institucional con la apertura de un libro de firmas en el que se irán recogiendo las visitas que tengan lugar durante todo el Año Jubilar a la basílica. El hermano mayor obsequió a los dos prelados, Gil Tamayo y Lorca Planes, al presidente López Miras y al alcalde Caravaca, cuatro réplicas de la Cruz de Caravaca que Santa Teresa de Jesús llevó en su hábito desde que se la regalaron las monjas carmelitas descalzas del convento de Caravaca, que fue fundación directa de la santa abulense.

Todos agradecieron el obsequio y estamparon sus impresiones en el libro. Gil Tamayo agradeció la invitación y escribió: «En el comienzo del Año Jubilar de 2024 pido al Señor que derrame abundantes bendiciones sobre las buenas gentes de Caravaca y llene de prosperidad la noble Región de Murcia». Lorca Planes recordó que vive «su tercer año jubilar en Caravaca y doy gracias por esta maravillosa oportunidad de rezar de nuevo ante la Vera Cruz». López Miras reflejó en sus palabras que «esta tierra será siempre tierra de fe, casa de Dios, guardiana de la Vera Cruz, protectora del afligido y desamparado». El regidor caravaqueño anotó que «Caravaca se dispone, como ha hecho siempre a lo largo de la historia, a acoger a todas las personas que lleguen hasta aquí atraídos por la luz de gracias de la Vera Cruz»; y Melgarejo: «Hoy comenzamos a compartir con el mundo la vivencia y el mensaje de esperanza que nos irradia la Cruz de Caravaca».

Entre las autoridades que se desplazaron a Caravaca para asistir a la misa se encontraba, Miguel Pascual de Riquelme, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia; Mariola Guevara, delegada del Gobierno en la Región de Murcia; Visitación Martínez, presidenta de la Asamblea Regional de Murcia; José Ángel Antelo, vicepresidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia; los consejeros Carmen Conesa y Marcos Ortuño; los diputados y senadores Miriam Guardiola, Isabel Borrego, Caridad Rives, Joaquín Martínez y José Ramón Díez de Revenga; y los diputados regionales Víctor Martínez-Carrasco y Josefa Carreño.

Entre las autoridades militares, asistieron Alberto José Lens, coronel jefe de la Base Aérea de Alcantarilla y Director de la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada; Vicente Gonzalvo, coronel de la Fuerza de Guerra Naval Especial; Enrique Richard, coronel CINET – Unidad de Gestión Económica; Gustavo Gutiérrez de Rubalcava, delegado de Defensa en la Región de Murcia; Carlos Quijano, jefe del RAAA 73 – Comandante Militar de Murcia; Victoriano Gilabert, almirante jefe de Acción Marítima; Pascual Soria, coronel director de la Academia General del Aire; Julián Alcázar, comandante del Regimiento de Artillería Antiaérea; Enrique García, coronel jefe de Regimiento Zaragoza 5 – Acuartelamiento de Santa Bárbara; Ignacio del Olmo, jefe superior de Policía de la Región de Murcia; Diego Mercader, teniente coronel jefe interino de la 5ª Zona de la Guardia Civil; Antonio Corbalán, capitán-jefe de la III Compañía de la Guardia Civil; y José Alfonso Toral, comisario de la Policía Local de Caravaca.

La ceremonia dio comienzo con la procesión inicial, que abrían el tintinábulo y canópeo, los símbolos de la basílica menor; a continuación, tras los seminaristas, unos treinta sacerdotes y los obispos que iban a concelebrar la eucaristía, Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos; Gómez Cantero, de Almería; Chico Martínez, de Jaén; Orozco Mengíbar, de Guádix; Fernando Valera, de Zamora y cerrando la procesión Lorca Planes y Gil Tamayo.

Ya en el altar, después de la acogida a la Sagrada Reliquia y la incensación, el obispo de la Diócesis de Cartagena dirigió unas palabras a toda la asamblea en las que animó a todos a vivir con intensidad este nuevo Año Jubilar, y agradeció el trabajo de las instituciones públicas y privadas así como de la Cofradía de la Vera Cruz para tener todo ‘a punto’ para la acogida de los peregrinos.

A continuación, el arzobispo pidió que se leyera el decreto de concesión del Año Jubilar ‘In Perpetuum’ por parte de la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede; la lectura estuvo a cargo del delegado episcopal para el Año Jubilar y párroco de El Salvador, David Martínez. Gil Tamayo pronunció después la fórmula con la que se apertura el Año Jubilar, mientras que un matrimonio (Jesús López y Felisa Sandoval) ofrecían una vela decorada con los signos litúrgicos que fue encendida por el arzobispo y colocada en un pedestal mientras que se encendía la Luz Jubilar en la muralla exterior del castillo.

La celebración continuó con la liturgia de la palabra. Durante la homilía, Gil Tamayo, afirmó que «Caravaca no se entendería sin la Cruz» y se exhortó a todos a dar más visibilidad a la Cruz como signo del cristiano; «este será el primer Jubileo después de la pandemia que nos ha hecho descubrir que todos somos dependientes de Dios y de los demás». Y para todos los que vengan a ganar las indulgencias deseó que «salgan todos con ganas de ser mejores, de hacer el bien y de revitalizar sus vidas». También pidió que «la Cruz no sea algo decorativo, que sea una vivencia interior que nos permita tomar nuestra cruz de cada día, la enfermedad, el dolor, la incomprensión y la pobreza. Tuvo palabras para desear la paz allá donde está amenazada y se vive en permanente conflicto. «Que la fe nos lleve al compromiso social», expresó.

Al finalizar la homilía, se rezó el credo y se leyeron las preces jubilares. La liturgia eucarística se inició con la procesión de las ofrendas, precedida por una monición en la que se explicaba el significado de cada una de ellas. Junto al pan, el vino y el agua, se llevaron hasta el altar las ofrendas tradicionales de las grandes solemnidades de la Santísima y Vera Cruz: las flores, signo de la belleza y la verdad del misterio de fe que celebramos, y la bandeja de purificadores que fue llevada hasta el altar por López Miras. Esta última ofrenda rememora la que tiene lugar cada dos de mayo antes del ritual de la bendición del vino, cuando el alcalde de la ciudad ofrece a la Vera Cruz la Bandeja de Flores, que originariamente llevaba los purificadores o corporales y que se adornaba con flores.

La celebración continuó con la plegaria eucarística y la comunión. Tras un momento de silencio, el hermano mayor subió hasta el atril del altar para dar lectura a una oración de acción de gracias. Melgarejo se refirió a la «la presencia benéfica de la Vera Cruz en Caravaca, por medio de la cual hemos recibido nosotros y quienes nos han precedido en la devoción a la Santísima Reliquia gran abundancia de gracias desde hace casi ocho siglos». Recordó que «en este tiempo se han generado bellos rituales que son muestra de nuestro cariño y devoción por su presencia entre nosotros, por la protección a esta tierra y a sus gentes, así como hacia aquellos que han peregrinado hasta este templo a lo largo de cientos de años». Para finalizar, afirmó que «hoy iniciamos un nuevo Año Jubilar, en el que renovaremos nuestro agradecimiento y compartiremos con los miles de personas la devoción al Sagrado Madero del que nos llega la redención, la misericordia y el consuelo».

Con la bendición solemne con la Sagrada Reliquia y la adoración se dio por finalizada la celebración y todos los participantes salieron hasta el patio de armas de la fortaleza donde tuvo lugar una exhibición de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire. El cabo 1º Miguel Antonio Gómez Rivas, fue el encargado de la misma portando una gran bandera de España de 54 metros cuadrados. Gómez Rivas es componente de la Escuela Militar de Paracaidismo (EMP) y está destinado en la PAPEA, desde 2012; este paracaidista asturiano cuenta con más de 6.000 saltos paracaidistas de experiencia y es el vigente Campeón de España en la disciplina de Precisión de Aterrizaje.

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