El Real Madrid salió mucho más centrado y consciente de qué debía hacer para superar al Barça en el tramo inicial de la final de la Supercopa de España. Los blaugrana fueron sorprendidos por dos contras de libro fruto, en parte, de una puesta en escena tímida, muy poco tensa. Los de Ancelotti lo aprovecharon para asestar dos duros golpes en diez minutos.
En ambos fue protagonista Vinicius, autor de los dos goles. El primero, tras evitar el fuera de juego con una defensa culé muy avanzada. Se plantó solo ante Iñaki Peña, lo dribló hacia la derecha y marcó a placer. El segundo llegó en otra contra, tras un pase meridiano de Rodrygo que aprovechó lanzándose al suelo para marcar, de nuevo, a placer.
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Dos goles similares que el brasileño celebró con una especie de homenaje a Cristiano Ronaldo. Vinicius hizo el mismo gesto que el portugués, saltando, dándose la vuelta y abriendo los brazos en la caída. También se marcó uno de esos bailes que provocaron meses atrás el “baila, Vini, baila”. El Barça miraba cabizbajo a sus celebraciones.