Andreas Christensen es un defensa del agrado de Xavi Hernández y con unas facultades que le hacen ser importante en la defensa del FC Barcelona. Su campaña anterior, la primera como azulgrana, fue de alto nivel, solo empañada por las lesiones. Pero esta temporada no está consiguiendo recuperar su mejor juego y tener continuidad por diversos motivos.
Las lesiones son, sin duda, uno de ellos. Sin ser muy importantes o de meses, a menudo se trata solo de molestias, lo que motiva que muchas veces Andreas Christensen llegue a los partidos ‘entre algodones’ o directamente con dolor, y más pendiente de su estado físico que de desarrollar todas sus capacidades, que son muchas.
En plenitud de condiciones, Andreas Christensen es uno de los mejores defensores de Europa por colocación, firmeza en la marca, serenidad, claridad y salida del balón. Xavi le aprecia y cuando está bien, pocas veces le deja en el banquillo pese a que la competencia es grande con Araujo, Koundé e Iñigo Martínez.
El dato que inquieta
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El hándicap no son siempre las lesiones, a veces un oportuno resfriado, un malestar le han podido dejar fuera de los partidos o rendir al nivel habitual, por lo que ha tenido que ser sustituido.
Esta temporada llama la atención un dato: Christensen se ha quedado en el vestuario, en la media parte, en 4 partidos.
El primero coincidió con el debut liguero, en Getafe (0-0). Fue reemplazado por Abde en teoría para buscar más frescura en el ataque azulgrana de un partido encallado, pero lo cierto es que cinco días antes, el danés no se había podido presentar ante su afición en el Trofeu Joan Gamper por unas molestias en el talón de Aquiles que ya empezaron en la gira por los Estados Unidos.
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Solo dos fechas ligueras después, en Villarreal, Christensen volvió a quedarse en los vestuarios en el descanso. Los ‘groguets’ atacaban con mucha velocidad y unas molestias físicas le estaban impidiendo al danés frenar la ‘sangría’ defensiva que también estaba afectando a Sergi Roberto, Koundé y Marcos Alonso, el resto de la zaga en La Cerámica. Entró Eric Garcia diías antes de salir cedido al Girona y el Barça acabó sumando los tres puntos (3-4).
La tercera ocasión fue también en el campeonato de Liga, en la visita del colista Almería a Montjuïc (3-2). En este caso, la explicación fue táctica al cargar con una cartulina amarilla en una falta que se vio obligado a cometer.
Y la última, la cuarta, en el duelo copero en feudo del Unionistas. Por unas molestias físicas que le han impedido viajar a Sevilla para medirse este domingo (18.30 horas) al Betis en el Benito Villamarín.
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En forma, es toda una garantía
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La temporada pasada, Andreas Christensen y su seguridad defensiva fueron claves para la conquista de la Liga. El Barça mantuvo su portería a cero en infinidad de ocasiones y el danés mostró un alto nivel que solo interrumpieron las lesiones.
Y es que se llegó a perder 8 partidos por un esguince de tobillo, 6 por una lesión muscular y 1 por un resfriado. 15 en total. Es su gran hándicap.