San Valero, obispo de Cesaraugusta

La antigüedad en Hispania, ofrece gran variedad de Santos que han sido como los padres y pioneros de la Fe que trajo en el siglo I el Apóstol Santiago. Hoy e suno de ellos. Se trata de San valero. Su historia está muy vinculada a San Vicente, diácono y mártir cuya festividad celebrabamos el pasado lunes 22 de enero. San Valero es el obispo maestro y protector espiritual del diácono a quienes servía siguiendo siempre el cometido de la diaconía que es servir en el Altar donde Cristo se entrega por todos los hombres.

Valero es obispo de Zaragoza -entonces Cesaraugusta- y lo fue por aclamación popular. Y es que en aquellos momentos el sensus fidei del pueblo cristiano tenía la posibilidad de proclamar a alguien obispo. Eso sería severado después por el Pontífice cuando le llevasen emisarios para contarlo. Los Documentos de entonces le sitúan en el Concilio de Elvira, en el siglo IV. Este Sínodo tuvo lugar en los límites de la actual Granada.

Ahí es donde se puso la observancia del celibato para los sacerdotes de rito latino. Durante la persecución es arrestado junto a San Vicente, pero tiene un defecto y es algo de tartamudez. Por ello como se alude en las actas del diácono, dejaba que él hablase por los dos. Entonces será desterrado. Cuando tiene noticias del martirio de su servidor le edifica una Iglesia en su honor para que se le dé el culto debido.

Los últimos años de su vida, Valero los pasó en el Alto Aragón.A su muerte fue enterrado en el Castillo de Estada, situado en Huesca. Posteriormente el obispo Arnaulfo de la Ribagorza tuvo una revelación divina que le señala el lugar donde se hallan las reliquias del Santo obispo zaragozano. Desde ese momento San Valero fue llevado a la Roda de Isábena, dentro de la misma Provincia de Huesca.

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