El nuevo jefe del ejército de Ucrania, Oleksandr Syrsky, nombrado en la mayor reestructuración militar de Kiev desde la invasión rusa, está tomando el mando en un momento precario de la guerra.
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Después de casi dos años de lucha, estos son los cinco desafíos más apremiantes que enfrenta el comandante de 58 años, nacido en Rusia.
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Ayuda externa
Los aliados de Ucrania, particularmente Washington y Bruselas, están luchando por mantener los paquetes de ayuda que hasta ahora han permitido a Kiev resistir contra Rusia.
La UE desbloqueó este mes 50.000 millones de euros en ayuda, pero los senadores estadounidenses sólo han logrado superar un primer obstáculo para un posible paquete futuro después de meses de estancamiento político.
La incertidumbre sobre los recursos de Ucrania se produce cuando Rusia pone su economía en pie de guerra, aumentando la producción y el reclutamiento.
Movilización
Los dirigentes militares y políticos de Ucrania están en desacuerdo sobre cómo reponer las filas del ejército, después de dos años de costosos combates que Washington cree que han matado a unos 70.000 soldados ucranianos.
El predecesor de Syrsky había instado al presidente Volodymyr Zelensky a añadir 500.000 militares al ejército, pero el líder ucraniano rechazó el impopular llamamiento y abogó por sistemas de rotación más eficientes.
La legislación sobre movilización se está abriendo paso en el parlamento, mientras las exhaustas y agotadas unidades ucranianas que piden rotaciones fuera del frente luchan por contener oleadas de fuerzas rusas.
Líneas de defensa
La fallida contraofensiva de Ucrania el verano pasado chocó contra las casi impenetrables líneas defensivas rusas, que Kiev ahora quiere replicar en todo el frente para frustrar los lentos avances rusos.
Atrincherarse es una tarea difícil dado que la línea del frente se extiende por unos 1.000 kilómetros (620 millas) y las fuerzas ucranianas se enfrentan a ataques inminentes en puntos críticos del este como Avdiivka y Kupiansk.
El espacio aéreo de Ucrania
Zelensky ha convertido este año en una prioridad para Ucrania ganar el control de su espacio aéreo mientras enfrenta oleadas de ataques rusos con aviones no tripulados y misiles.
Sin embargo, incluso después de que Occidente reforzara los sistemas de defensa aérea de Ucrania, conseguir municiones para esas armas sigue siendo un problema.
Syrsky también enfrenta el dilema de si utilizar los sistemas para defensa o de manera ofensiva para atacar a la fuerza aérea de Moscú en territorio ruso o sobre el Mar Negro.
Ucrania, que también espera recibir aviones de combate F-16 este año, dice que controlar el espacio aéreo sobre el país es clave para lograr avances en el frente.
Zapatos para llenar
El jefe saliente del ejército, Valery Zaluzhny, era una de las figuras públicas más respetadas y confiables en Ucrania y encuestas recientes mostraban que se había ganado la confianza de más del 90 por ciento de los ucranianos.
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Por el contrario, las encuestas de diciembre mostraron que casi el 50 por ciento del país nunca había oído hablar de Syrsky.
En los medios ucranianos, ha sido presentado como indiferente a las bajas militares, una reputación que pareció confrontar en una declaración que describe las vidas de los soldados como el “principal activo” del ejército.
(AFP)