El entrenador del Barça, Roger Grimau, destacó que hay que ir “poco a poco” con el base Ricky Rubio, que este viernes debutó con el conjunto azulgrana en la derrota contra el Mónaco (67-77) después de más de medio año de baja por sus problemas de salud mental, si bien destacó que el jugador realizó “dos buenas rotaciones” en los 11 minutos que estuvo en la pista.
“Hemos entrado bien en el partido y hemos hecho una muy buena primera parte, pero con el tono general de desacierto no hemos podido coger una ventaja más grande. El tercer cuarto ha sido muy parecido, hemos lanzado tiros abiertos que no han entrado y poco a poco nos ha ido comiendo la moral”, resumió el técnico catalán.
Desde la sala de prensa del Palau Blaugrana, Grimau admitió que este desacierto repercutió “a nivel defensivo en algunos uno contra uno y en el rebote defensivo”, algo que permitió al cuadro monegasco anotar “en segundas opciones y en canastas fáciles”.
“En el momento en el que se ha roto el partido, nos ha costado mucho volver”, añadió el preparador catalán, quien recalcó que “el partido no ha hecho justicia” al trabajo del equipo durante la semana y subrayó que el parón internacional ha servido para que la plantilla cogiera fuerzas.
Por otra parte, Grimau destacó que el Mónaco cuenta con muchos jugadores que son “físicamente fuertes, atléticos y rápidos, que son capaces de crearse sus propios tiros y defender en el uno contra uno”, pero matizó que el Barça también tiene “el nivel” para igualar “este tono físico”.
“Con un porcentaje de acierto normal, hubiéramos estado dentro del partido”, lamentó el técnico catalán, quien reconoció que queda “un calendario duro” por delante, pero exhortó al equipo a “seguir adelante” y “pensar en el siguiente partido”.