“CU”, comenzó, a lo que Sharpe pareció desconcertado.
“¿Qué demonios?” Sharpe dijo antes de ofrecerse a ayudar.
“Espera, espera”, respondió Ochocinco, deteniendo a su coanfitrión. “Mira lo gracioso de esto…”
Pero Sharpe interrumpió y dijo: “Lo que me parece gracioso es que te tomes mucho tiempo para deletrear esta pequeña y sencilla palabra”.
Pero Ochocinco se puso a la defensiva y dijo que para Sharpe sólo era fácil porque estaba mirando la palabra.
“Vaya, si ganaras el concurso de ortografía en tercer grado, odiaría ver lo que esos otros niños… esos otros niños debieron haber caminado hacia atrás”, dijo Sharpe.
“No, no, no”, dijo Ochocinco. “Hay que pensar: obtuve un 4,0 en tercer grado”.
“Pero fue en un sistema de calificación de 10 puntos”, bromeó Sharpe.
Negando que tuviera que deletrear “palabras ridículas” como la que le dio Sharpe, Ochocinco luego solicitó la ortografía de la palabra antes de preguntar: “¿Dónde diablos viene la ‘L’?”.
“Usted dijo ‘coronel’. Lo sondeé y no había ninguna ‘L’ allí”, dijo Ochocinco. “Me gusta hacer esto, me gusta hacer esto. Esto es muy humillante, no les voy a mentir. Por más inteligente que sea cuando se trata de otras facetas de mi vida, la ortografía simplemente no parece ser mi fuerte. “
En Twitter, Ochocinco les dijo a sus seguidores “esa parte del programa es tan divertida que nunca te das cuenta de lo difícil que es deletrear las palabras cuando no tienes un corrector ortográfico que te ayude”. Añadió que disfruta “ese momento vulnerable de equivocarse en lugar de actuar como si lo supiera todo”.