Lunes de la Octava Pascual: el anuncio del Ángel

Hoy es el emblemático Lunes de Pascua, segundo día de la Octava Pascual. Seguimos contemplando con gozo al Señor Resucitado. ¡No tengáis miedo y alegraos! ¡Que mis discípulos vayan delante de Mí a Galilea. Allí me verán! ¡Alegría!¡Alegría! La muerte vencida ya va malherida. Le vio jardinero quien le viera colgar del Madero. Así reza el Oficio Divino en la Liturgia de las Horas. También estos días resuena con fuerza el Libro de los Hechos de los Apóstoles.

Conocéis lo que sucedió con Jesús de Nazareth, hombre acreditado por Dios con obras y palabras. Cómo vosotros y vuestros jefes, obrando por ignorancia, le clavasteis en la Cruz. Pero Dios lo resucitó a los tres días. Tengo siempre presente al Señor. Con Él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena, porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida. Me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.Seguimos los primeros pasos del Resucitado. San Mateo nos brinda el Pasaje donde las mujeres van al Sepulcro y le encuentran Vacío. Llenas de tristeza les sale al encuentro el Maestro Resucitado. Ellas se llenan de alegría. Él les invita a comunicárselo a los demás discípulos. El hallazgo del Sepulcro Vacío atormenta a los guardias que le vigilaban.

Ante lo sucedido no tienen más remedio que ir a ver al Sanedrín para contarles lo que ha pasado. Las autoridades judías y los fariseos deciden darles una cantidad fuerte de dinero para que divulguen un rumor: Que mientras ellos dormían, sus discípulos fueron y robaron el cadáver. El Gloria y el Aleluya en las Celebraciones son cantos litúrgicos que impregnan estos días tan especiales y gloriosos.

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