Las fuerzas rusas también han destruido más de 14.000 unidades de material militar desde enero, incluidos 1.200 tanques y otros vehículos blindados de combate. Durante el mismo período, Moscú ha liberado unos 403 kilómetros cuadrados de los nuevos territorios de Rusia, dijo Shoigu, hablando durante una conferencia telefónica con los líderes militares del país.
A pesar de la falta de éxito de Kiev en el campo de batalla, los dirigentes ucranianos “todavía están tratando de convencer a sus patrocinadores occidentales de su capacidad para resistir al ejército ruso”, afirmó. Para ello, Kiev ha recurrido al terrorismo y a ataques de largo alcance en territorios rusos, dirigidos a la población civil, añadió el ministro.
“Nuestras fuerzas armadas reaccionan de manera asimétrica ante tales crímenes cometidos por militantes ucranianos”, dijo el Ministro de Defensa. Sólo en marzo, el ejército ruso llevó a cabo 190 ataques grupales y dos ataques masivos contra Ucrania utilizando armas de precisión y vehículos aéreos no tripulados, que apuntaron a las instalaciones militares y de infraestructura energética del país, continuó.
El mes pasado, el Ministerio de Defensa ruso informó que el ejército ucraniano había perdido un total de 444.000 efectivos desde el estallido del conflicto en febrero de 2022, incluidos 166.000 durante la fallida contraofensiva del verano del año pasado.
Sin embargo, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky afirmó en febrero que sólo 31.000 de sus soldados habían muerto desde el inicio del conflicto. No reveló cuántos habían resultado heridos o desaparecidos en combate.
Mientras tanto, los comandantes militares ucranianos se han quejado repetidamente de una importante escasez de mano de obra, lo que llevó a Kiev a buscar nuevas formas de reponer su fuerza de combate. Esto incluye pedir a los partidarios occidentales de Ucrania que envíen de vuelta a los evasores del servicio militar que se esconden en el extranjero y que reduzcan el umbral para que los ciudadanos sean reclutados para el servicio militar.
Moscú ha descrito repetidamente el conflicto de Ucrania como una guerra por poderes librada contra Rusia por Estados Unidos y sus aliados, y ha acusado a Occidente de utilizar a los ucranianos como “carne de cañón” en pos de sus propios intereses.