BALTIMORE – Los planes del gobierno de Estados Unidos para limpiar un puente colapsado de Baltimore y el carguero que lo chocó están cobrando importancia.
Las autoridades federales y estatales también están intensificando sus esfuerzos para suavizar el golpe económico a las empresas y residentes de la ciudad portuaria que trabajan en la industria marítima.
Al mismo tiempo, surgen dudas sobre las precauciones tomadas para proteger a los trabajadores de la construcción que murieron cuando el puente colapsó el 26 de marzo.
Y resulta que una grúa flotante que retira escombros tiene vínculos con una misión ultrasecreta de la CIA durante la Guerra Fría.
Esto es lo que sabemos sobre el colapso del puente de Baltimore a medida que comienza la limpieza:
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. publicó el miércoles por la tarde un plan de operaciones de salvamento que describe sus prioridades y objetivos para limpiar el río Patapsco.
Los principales objetivos incluyen estabilizar el portacontenedores Dali y, eventualmente, retirar el enorme buque. Los otros objetivos son analizar la maraña de restos de lo que fue el puente Francis Scott Key y retirar los escombros.
El Cuerpo de Ejército dijo que el barco ya está estabilizado y que las grúas flotantes están en posición. Las cuadrillas han comenzado a retirar los restos del puente del Dali, mientras que los expertos ya están analizando los montones de escombros en el agua.
En términos de prioridades, el Cuerpo dijo que la recuperación de los cuerpos de los trabajadores de la construcción que murieron encabeza la lista. Las condiciones climáticas y el agua turbia del río han dificultado la tarea.
Otras prioridades importantes incluyen establecer un canal de acceso limitado para los barcos y limpiar los escombros del puente del Dali.
Las prioridades de segundo y tercer nivel son retirar el barco y luego retirar los restos restantes del río.
“La situación sigue siendo dinámica y el plan… se actualizará continuamente a medida que se conozcan los datos de ingeniería”, dijo el Cuerpo del Ejército.
Isabel Casillas Guzmán, administradora de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos, visitó Baltimore el jueves para destacar un programa de préstamos a bajo interés que está disponible para las empresas afectadas.
El programa ha recibido 500 solicitudes, dijo Guzmán, y los fondos podrían comenzar a distribuirse en unas dos semanas.
Los préstamos ayudarán a mantener a flote a las empresas mientras el vital puerto de Baltimore permanece cerrado a la mayor parte del tráfico marítimo. Guzmán dijo que las empresas involucradas en el transporte y la logística de la cadena de suministro probablemente serán las que más sufrirán en el corto plazo, pero los efectos en cadena a largo plazo serán generalizados.
El Senado de Maryland aprobó por unanimidad un proyecto de ley el miércoles por la noche que autoriza al gobernador a utilizar el fondo de emergencia del estado para ayudar a los empleados portuarios desempleados. El proyecto de ley se encuentra junto a la Cámara estatal, que podría aprobarlo esta semana para enviárselo al gobernador Wes Moore.
La legislación también permitiría al gobernador utilizar las reservas estatales para ayudar a algunas pequeñas empresas a evitar despidos y alentar a las empresas que se trasladan a otros lugares a regresar a Baltimore una vez que se reabra el puerto.
Las muertes de los trabajadores de la construcción han planteado dudas sobre si la empresa para la que trabajaban tomó las precauciones adecuadas, incluido mantener cerca un bote de seguridad que podría haberles advertido al menos unos segundos antes del impacto.
Las regulaciones federales exigen que las empresas de construcción tengan a mano estos barcos, comúnmente conocidos como esquifes, cuando las tripulaciones trabajan en vías fluviales, dijeron expertos en seguridad a The Associated Press. No hay indicios de que la empresa constructora Brawner tuviera un bote de rescate en el agua o listo para ser botado cuando el puente cayó.
Representantes de la Guardia Costera y otros funcionarios dijeron que no tenían conocimiento de ningún barco Brawner en el agua en el momento del colapso. Y las imágenes de satélite de la época parecían no mostrar ningún bote en el río cerca del puente.
Incluso si a los trabajadores se les hubiera advertido que el barco gigante estaba a punto de estrellarse, no está claro si habrían tenido tiempo suficiente para ponerse a salvo.
Un representante de Brawner declinó hacer comentarios, diciendo que la compañía se concentra en cuidar a las familias de los trabajadores, que estaban llenando los baches en el puente cuando colapsó.
Mientras tanto, resulta que una de las grúas flotantes que limpiaban los escombros tuvo un papel pequeño pero importante durante la Guerra Fría.
A principios de la década de 1970, la barcaza grúa ayudó a construir un barco especializado que finalmente levantó una parte de un submarino soviético hundido. Específicamente, la grúa subió al barco maquinaria pesada que era vital para la misión ultrasecreta de la CIA.
El equipo incluía una garra mecánica, toneladas de tubos de acero y un sistema hidráulico de alta resistencia. El submarino soviético se encontraba aproximadamente a 3 millas por debajo de la superficie del Pacífico.
“Se considera una de las operaciones de inteligencia más caras de todos los tiempos”, dijo M. Todd Bennett, profesor de historia en la Universidad de East Carolina en Greenville, Carolina del Norte, quien escribió un libro sobre la misión en 2022. “Y no sólo eso, es sin duda una de las operaciones de inteligencia más inventivas y atrevidas de la historia de Estados Unidos”.
La grúa flotante ahora se llama Chesapeake 1000, apodada “Chessy”, y es una de las más grandes de su tipo en la costa este.