Esta vez, no ha habido vídeo ni banda sonora emotiva, no ha habido ni una sola foto del presidente del Gobierno flanqueando la intervención del candidato, que esta vez apenas ha mencionado su nombre en el mitin. El PSC trata de pasar página a la convulsión provocada por el conato de dimisión de Pedro Sánchez, dejar atrás cinco días de montaña rusa emocional para volver al ‘seny’ que enarbola Salvador Illa y recuperar el ‘leitmotiv’ con el que estaba confeccionada la campaña antes de la carta que la puso patas arriba: el de la gestión para dar carpetazo a más de una década de gobiernos independentistas.
Así que esta vez, en el gran feudo de l’Hospitalet de Llobregat, todo se ha resuelto con una breve ovación por la continuidad del jefe de la Moncloa que han pedido al inicio del acto la alcaldesa Núria Marín y el diputado David Pérez. Illa no ha hablado de Sánchez más que para referirse a la España “plural y diversa” que abandera. Ni menos aún de ‘lawfare’, de reformas del poder judicial o de la ‘máquina del fango’ a sabiendas de que el jueves su mera presencia en el mitin de Sant Boi de Llobregat acapará todo el foco.
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Pero Illa quiere volver a sus coordenadas, la de reivindicar que estas elecciones van de la gobernabilidad de Cataluña, de abrir una “nueva etapa” con la mejora de los servicios públicos en el epicentro. Tras él, imágenes del Palau de la Generalitat, del hemiciclo del Parlament, de los Mossos, de comercios abriendo la persiana o de trabajadores industriales. La consigna es clara: hay que retomar el hilo de “las cosas del comer”, de tener infraestructuras para hacer frente a la sequía, de reformar la sanidad y la educación, de ampliar el aeropuerto y construir el cuarto cinturón.