Esto es lo que hay sobre la mesa para Israel y Hamás en las últimas conversaciones de alto el fuego

EL CAIRO – Israel y Hamás parecen estar negociando seriamente el fin de la guerra en Gaza y el regreso de los rehenes israelíes. Una propuesta de tregua filtrada insinúa compromisos por parte de ambas partes después de meses de conversaciones estancadas.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, elogió esta semana a Israel por ofrecer lo que describió como concesiones significativas y decir que “ha llegado el momento” de que Hamás selle el acuerdo. Mientras tanto, los líderes de Hamás dicen que están revisando la propuesta con un “espíritu positivo” y enviando un equipo a Egipto en los próximos días para continuar las conversaciones.

Esto es lo que sabemos hasta ahora sobre la propuesta actual, confirmado por funcionarios egipcios y de Hamas que hablaron bajo condición de anonimato para discutir las negociaciones detrás de escena.

DÓNDE ESTÁN LAS DOS LADOS

Los líderes israelíes están sopesando la posibilidad de aceptar un acuerdo que retrasaría o impediría su planeada invasión terrestre de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, un escenario que no cumple con las promesas del Primer Ministro Benjamín Netanyahu de una “victoria total” y la destrucción de Hamás.

Los líderes de Hamas deben decidir si vale la pena asegurar una tregua a largo plazo para entregar a los rehenes, la principal moneda de cambio del grupo, pero no necesariamente un fin permanente a la guerra.

El plan ofrecido por los mediadores egipcios tiene como objetivo evitar la ofensiva israelí en Rafah, que según Estados Unidos tendría consecuencias devastadoras para más de un millón de palestinos desplazados y hacinados en la frontera con Egipto. Los egipcios también advirtieron a Israel contra la operación, por temor a una avalancha de refugiados palestinos empujados a su territorio.

DESESCALADA POR FASES

La etapa inicial del acuerdo duraría 40 días. Hamás comenzaría por liberar a mujeres civiles rehenes a cambio de prisioneros palestinos retenidos por Israel.

Tras este primer lote, las tropas israelíes se retirarían de una carretera costera de Gaza y se dirigirían hacia el interior para facilitar la entrada de ayuda humanitaria. Esto también permitiría a los civiles desplazados regresar a sus hogares en el norte de la Franja de Gaza. Hamás proporcionaría una lista de los rehenes que todavía están vivos durante ese tiempo. Israel estima que Hamás tiene unos 100 rehenes y los restos de otros 30 que murieron en el ataque de Hamás del 7 de octubre que desató la guerra o que murieron en cautiverio.

Dentro de la tercera semana, ambas partes iniciarían negociaciones indirectas que apuntan a restablecer la calma permanente. Tres semanas después de la primera fase, las tropas israelíes se retirarían del centro de Gaza.

PRÓXIMOS PASOS HACIA LA PAZ

La segunda fase de seis semanas buscaría finalizar los arreglos para una calma permanente, la liberación de todos los rehenes restantes en poder de Hamás, tanto civiles como soldados, a cambio de más prisioneros palestinos. Los soldados rehenes no serían liberados antes del inicio de la calma.

La tercera y última etapa incluiría la liberación de los restos de los rehenes fallecidos que aún se encuentran en Gaza, más prisioneros retenidos por Israel y el inicio de un plan de reconstrucción de cinco años. El plan dice que Hamás aceptaría no reconstruir su arsenal militar.

PUNTOS DE ELEGANCIA

Ambos bandos quieren poner fin a la guerra en sus propios términos.

Los líderes de Hamás se han negado durante meses a cualquier cosa que no sea una retirada total de Israel de la Franja de Gaza y un fin permanente de los combates. Los negociadores de Hamás buscarán aclaraciones sobre estas cuestiones cuando regresen a El Cairo.

Israel quiere que todos los rehenes restantes regresen a salvo a casa, con Hamas y otros grupos aplastados en el campo de batalla y expulsados ​​del poder en Gaza, incapaces de lanzar otro ataque como el del 7 de octubre que desató la guerra.

Israel dice que la invasión de Rafah es fundamental para estos objetivos. Netanyahu dice que Israel invadirá la ciudad con o sin un acuerdo de rehenes.

Netanyahu también enfrenta una fuerte presión interna. Miles de personas se han unido a las manifestaciones semanales exigiéndole que llegue a un acuerdo de rehenes de inmediato. Al mismo tiempo, los miembros de línea dura de su gabinete han amenazado con derrocar al gobierno si pone fin a la guerra.

La administración Biden, que brinda a Israel un apoyo militar y diplomático crucial, dice que se opone a una invasión de Rafah a menos que Israel proporcione un plan “creíble” para proteger a los civiles allí.

INCERTIDUMBRE DE LA POSGUERRA

No está claro si la propuesta de alto el fuego aborda cuestiones clave sobre lo que sucederá en Gaza una vez que termine la actual ronda de combates.

Estados Unidos ha pedido un plan que incluya el regreso de la Autoridad Palestina reconocida internacionalmente, que fue expulsada de Gaza por Hamas en 2007 y ahora administra partes de la ocupada Cisjordania.

La administración Biden busca una eventual gobernancia palestina en Gaza y Cisjordania como precursora de la creación de un Estado palestino. Netanyahu y su gobierno de derecha rechazan el papel de la Autoridad Palestina en Gaza y dicen que nunca permitirán un Estado palestino.

Israel quiere libertad de acción ilimitada para sus militares en Gaza, mientras que la administración Biden dice que no aceptará el regreso de la ocupación militar israelí de la Franja de Gaza.

Tampoco está claro quién gobernará Gaza durante la fase de reconstrucción de cinco años, qué pasará con Hamás durante ese tiempo y quién pagará la enorme tarea de reconstrucción.

Lo que está en juego quedó subrayado en un nuevo informe de la ONU el jueves que estimó los daños causados ​​por la guerra en Gaza en más de 18.500 millones de dólares. Dijo que se necesitaría hasta 2040 para reconstruir todas las casas destruidas en casi siete meses de bombardeos y ofensivas terrestres israelíes. Gaza ya estaba lidiando con una tasa de desempleo del 45% antes de la guerra, según el Programa de Desarrollo de la ONU.

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