Hacía meses que Diego Armando Maradona, uno de los mejores futbolistas de la historia, había debutado con el primer equipo de Argentinos Juniors. César Luis Menotti era por aquel entonces seleccionador absoluto de Argentina, que preparaba el Mundial de 1978, en el cual la albiceleste actuaba como anfitriona.
Maradona estaba en el banquillo con la camiseta con el número ’19’ a la espalda. Menotti se dirigió al astro argentino a los veinte minutos de la segunda parte ante Hungría y le dijo lo siguiente: “Va a entrar por Luque. Haga lo que sabe, esté tranquilo y muévase por toda la cancha”, le comentó al joven jugador. Maradona respondió a su confianza y en su primera intervención dejó a Houseman solo ante el portero rival. Empezaba una relación entre ambos con altos y también con bajos.
Uno de los bajos tuvo lugar el 19 de mayo de 1978. A doce días del inicio del Mundial de Argentina, Menotti facilitó la lista de 22 convocados. En ella no estaba el joven Diego, que estaba jugando a un gran nivel en Argentinos Juniors. Maradona siempre dijo que aquel fue uno de los días más tristes de su vida. Cuentan algunos testigos de lo que pasó aquel día, que Maradona lloró desconsoladamente junto a un árbol a pesar de que muchos intentaban consolarle por los muchos Mundiales que iba a jugar. Él quería disputar el que se celebraba en su país. De hecho, explican que repetía que “nunca se lo voy a perdonar”.
Menotti lo justificó por su falta de experiencia, pues apenas había disputado cuatro partidos con la selección absoluta. La verdad es que aquella convocatoria de Maradona era más un deseo de los aficionados que del cuerpo técnico, que acabó ganando el primer Mundial para su país en una gran final contra Holanda.
El Barça
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Aquel desencuentro, sin embargo, no afectó a su posterior relación. Un año después, Menotti hizo a Argentina campeona del mundo juvenil bajo su dirección y el talento descomunal de Maradona sobre el terreno de juego. En 1982, el técnico dio el liderazgo a Maradona de la selección que defendía el título en el Mundial de España. No le fueron muy bien las cosas a Argentina, eliminada en la segunda fase, y Menotti dejó su cargo, mientras el ’10’ se incorporaba a la disciplina del Barça.
Llegó el argentino con Uddo Lattek sentado en el banquillo azulgrana, pero desde entonces fueron constantes los rumores sobre los deseos de Diego de que el Barça fichase a Menotti. Destituyeron al alemán a finales de aquella temporada y Menotti llegó con tiempo para ganar la Copa del Rey y la Copa de la Liga. La siguiente temporada, sin embargo, fue un fracaso. El Barça solo ganó la Supercopa.
En Barcelona, Josep Lluís Núñez estaba harta de la mala vida del argentino, que logró trasladar los entrenamientos a la tarde. También lo estaba Menotti, harto de tapar sus salidas. Por ello, según explicó Anton Parera, entonces gerente de la entidad, pidió a la directiva para renovar que traspasasen a Maradona. Se negó en un principio la junta pero acabó aceptando una suculenta oferta del Nápoles tras la triste final de Copa contra el Athletic que acabó en batalla campal. Menotti tampoco fue renovado.
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Con el paso de los años, la relación se fue debilitando por culpa del estilo de vida que llevó el ’10’. Hace unos años, antes del fallecimiento de Maradona, explicó que llevaban más de quince años sin hablar y que llegó a sentir odio por la gente que rodeaba a su pupilo.