El Barça cerró ayer filas con Xavi. Confianza total y todo seguirá igual. La dura y durante treinta minutos humillante derrota contra el Girona no tendrá consecuencias. El presidente sigue confiando en Xavi y toca pensar en el próximo partido contra la Real Sociedad. Muy distintas hubiesen sido las consecuencias si Laporta no hubiese ratificado a Xavi hace una semana cuando estaba más fuera que dentro.
De cualquier manera, el presidente vive cabreado. Laporta está cabreado con Xavi, con los futbolistas y consigo mismo. No logra que su Barça sea el prometido y eso le corroe por dentro. El problema es que se encuentra atrapado y sin salida fruto de algunas decisiones precipitadas. Su cuerpo le ha pedido en más de una ocasión destituir a Xavi, pero su corazón culé se lo impide. Lo mantiene por sentimiento, pero sabe que en los escritos quedaría como el presidente que firmó el finiquito de tres mitos del barcelonismo. El de Messi, Koeman y el propio Xavi.
No tiene Laporta una solución fácil, pero es el responsable de esta situación. Insinuó la posibilidad de ganar el sextete y puede acabar brindando por la segunda posición. Si en lugar de soñar en grandes proezas hubieran prometido construir un equipo de futuro, ahora los culés no andarían sumidos entre una depresión y un preocupante pasotismo. Es más, Laporta tendría el relato perfecto: Xavi construyendo un equipo de futuro con los Lamine Yamal y Cubarsí como buque insignia. Quizá Laporta de los pocos que sigue confiando plenamente en Xavi. SI es así, está obligado a cambiar el mensaje. Pensar que la próxima temporada se podrá plantar cara al PSG, City, Madrid o Bayern, solo llevará aumentar generalizar el cabreo. Visto lo visto, superar al Girona es el objetivo más realista.
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Adiós a César Luis Menotti
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Nos dejó anoche uno de los grandes mitos del fútbol argentino. Fue campeón del mundo con su selección y entrenó al Barça de Maradona. Su personalidad desbordante y su verbo fácil lo convirtieron en un entrenador carismático. Lo fichó Núñez, no logró la Liga, pero conquistó tres títulos y dejó buenos recuerdos. Hasta siempre, ‘Flaco’.