El cambio radical de Antía: de tener una vida "normal" como enfermera a un duro revés de salud

Una de cada cien personas en el mundo son autistas, una realidad que abarca un reto desafiante para la familia y el propio paciente. ¿Pero qué implica realmente vivir con un trastorno del espectro autista (TEA) en un mundo que a menudo malinterpreta esta condición?

Las dificultades sociales y laborales que enfrentan estas personas debido a la falta de comprensión y aceptación son palpables. Según estudios europeos, casi la mitad de los niños con TEA sufren acoso escolar, y más del 70% de los adultos están desempleados. La falta de conciencia sobre el autismo conduce a la discriminación y la exclusión en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo, para ofrecer una perspectiva más optimistael programa de La Tarde ha podido hablar con dos mujeres que han desafiado todos los esteriotipos sociales.

La historia de Antía, enfermera con autismo

El viaje personal de Antía, de 37 añosilustra la importancia del autodescubrimiento y la aceptación. Cuenta a Pilar Cisneros que, a pesar de sentirse “rara” durante toda su vida, fue solo hace un año que supo que era autista. Su pasión por la enfermería la llevó a encontrar su lugar en el mundo y ahora se dedica a promover la conciencia sobre su trastorno en el entorno laboral: “Cuando iba a acceder a la Universidad, uno de mis tíos falleció de cáncer. Ahí vi la atención que le ofrecían las enfermeras de cuidados paliativos y yo quería hacer algo similar por el resto de las personas, siempre que estuviera en mi mano”.

Enfermera hablando con paciente en silla de ruedas



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