El Barça cumplió ayer en su último partido de la temporada en Montjuïc. Victoria ante el Rayo Vallecano con un gol de Lewandowski y dos de Pedri y la segunda plaza quedó sellada. Los azulgranas disputarán la Supercopa de España la próxima temporada, aunque no saben si lo harán con Xavi en el banquillo o con otro entrenador.
El egarense sigue sin saber nada sobre su futuro, aunque públicamente diga que nadie en el club le ha transmitido que aquello que anunciaron él mismo y Joan Laporta el 25 de abril quedará en papel mojado. Se ha cansado de lanzar ese mensaje el técnico en las últimas horas, aunque sabe que el presidente está decidido a destituirlo. El deseo de Xavi, una vez saltó la noticia durante la mañana del viernes, ha sido reunirse cara a cara con Laporta para aclarar la situación, pero no lo ha conseguido. Al de Terrassa, el enfado de Laporta por la rueda de prensa del técnico del miércoles y el giro de guion respecto a su continuidad en el banquillo, le cogió en Almería. A su vuelta, el viernes, quiso encontrarse con el presidente, pero Laporta lo citó a final de temporada. Y con esa idea sigue el presidente.
Ayer, tras la victoria ante el Rayo, ambos se vieron, pero lo hicieron de forma breve. Fue el clásico encuentro que mantienen con presencia de otros miembros de la comisión deportiva después de cada partido. Laporta felicitó a Xavi por la consecución de la segunda plaza, pero no quiso alargar más el encuentro. Desde el club, señalaron que el presidente no se encontraba bien, muy constipado. También que prefería aplazar la reunión con el entrenador hasta después del último partido de Liga, que el Barça jugará el próximo domingo contra el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán, y dar el protagonismo esta semana al equipo femenino de la entidad, que el sábado jugará en Bilbao la final de la Champions contra el Olympique de Lyon.
La incertidumbre, por lo tanto, seguirá en Xavi durante unos días, aunque debe saber el egarense que Laporta sigue firme en su decisión de apostar por un relevo en el banquillo tras sentirse traicionado por lo que considera un cambio de discurso del entrenador, que el día 24 de abril en la famosa cena del sushi le dijo a Laporta que se veía con ilusión para poder luchar por todos los títulos la próxima temporada y que el pasado miércoles explicó en rueda de prensa que lo veía difícil por la delicada situación económica por la que pasa la entidad.
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Xavi, de momento, deberá conformarse con el apoyo que recibió de la afición azulgrana, que coreó su nombre en Montjuïc unas cuantas veces durante el partido contra el Rayo Vallecano.
