En los últimos 124 años del béisbol, nadie ha hecho lo que acaba de hacer Luis Arráez por los Padres de San Diego

El venezolano de voz suave Luis Arráez no es el típico héroe jonronero; sin embargo, desde las últimas horas, ha sido la comidilla de la ciudad: el nombre resuena en los sagrados pasillos de la MLB. ¿Por qué? Porque en los últimos 124 años del béisbol nadie ha hecho lo que acaba de hacer Arráez.

No, en este caso no se trata de jonrones altísimos o robos ultrarrápidos. Después de lograr ese récord gigantesco de jugar cuatro juegos de 4 hits dentro de sus primeros 24 juegos con un nuevo equipo, una hazaña que no se ha visto desde 1900, se trata de consistencia, contacto y una asombrosa habilidad para encontrar huecos en la defensa.

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Desde que se unió al San Diego Padres procedente de los Miami Marlins en el intercambio del 4 de mayo, Arráez ha sido una máquina de batear. Sí, es cierto que su promedio de bateo de .398 con un porcentaje de embase de .426 y un porcentaje de slugging de .466 son asombrosos, pero es esa racha de ocho juegos consecutivos con múltiples hits del 14 al 23 de mayo lo que realmente ha establecido él aparte. La directiva de los Marlins podría estar mordiéndose las manos en este momento. Pero La destreza bateadora de Luis Arráez No se trata sólo de talento en bruto.

Poco a poco se está descubriendo como una mezcla de preparación meticulosa y un enfoque del plato casi zen. Incluso el manager de los Yankees de Nueva York, Aaron Boone, un hombre que sabe un par de cosas sobre bateo, está asombrado por las habilidades de Arráez con el bate a la pelota. “Me encanta la intensidad que aporta con sus turnos al bate… Me encanta la intensidad con la que juega el juego”. Boone ha elogiado a Bob Nightengale de EE.UU. Hoy en día.

Tal vez fue esta intensidad la que le dio nueva vida a la victoria de los Padres por 11-8 el viernes sobre los Kansas City Royals. Arráez se fue de 5-4, impulsó dos carreras y anotó tres, una actuación que solidificó su lugar como líder en promedio de bateo de las Grandes Ligas (.342 para 2024). Pero fue esa octava entrada, que batió récords, la que realmente mostró el impacto de Arráez.

“Muchos títulos de bateo”: la ambiciosa declaración de Luis Arráez tras marcar récord del siglo

Con los Padres perdiendo 3-2, Arráez provocó una recuperación con un sencillo inicial. Volvería a pegar un sencillo más tarde en la entrada, impulsando la séptima carrera del cuadro del equipo. Cuando todo se calmó, los Padres habían establecido un récord del club con 11 hits en la entrada, un testimonio de su capacidad para mover la línea, lo que hizo que su manager Mike Shildt se deleitara con el hecho de que “eso fue bastante especial” Después del partido. Y él no es el único que ha estado colmado de elogios.

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Los compañeros de Luis Arráez, como Fernando Tatis Jr. y Manny Machado, no han tenido reparos en elogiarlo, reconociéndolo como uno de los mejores bateadores que jamás hayan visto. Su coeficiente intelectual en el béisbol y su capacidad para desempeñarse consistentemente a un alto nivel le han ganado el respeto de toda la organización de los Padres en menos de un mes de unirse a ellos. Sin embargo, el propio Arráez no se contenta con ser un gran bateador.

“Si estoy sano, gano muchos títulos de bateo”. declaró recientemente el toletero durante una entrevista. Esta confianza inquebrantable, junto con su ética de trabajo y habilidad natural, hace que muchos especulen que Arráez podría convertirse en un eterno campeón de bateo.

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En un deporte a menudo definido por la potencia y la velocidad, Luis Arráez está demostrando que la consistencia y el contacto pueden ser igualmente valiosos. Su conjunto de habilidades únicas, junto con su habilidad para batear para promedio, embasarse e impulsar carreras, es una combinación poco común, una que ha cautivado a los Padres con la suficiente fuerza como para hacerlos soñar con una carrera profunda en los playoffs. Mientras que otros jugadores pueden acaparar los titulares con su poder o velocidad, Arráez silenciosamente está haciendo historia con su bate. Él es el catalizador, la bujía, el hombre que hace que la ofensiva de los Padres se vuelva loca.

Entonces, mientras vemos a Arráez continuar desafiando las expectativas y reescribiendo los libros de récords, tomemos un momento para apreciar su talento único. En un mundo de toleteros y velocistas, éste está resultando ser un retroceso: un crudo recordatorio de que el arte de batear todavía está vivo y coleando. Y en San Diego no podrían estar más felices de tenerlo.

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