La icónica cantante francesa de los años 60, Francoise Hardy, muere a los 80 años después de una larga batalla contra el cáncer.

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La legendaria cantante francesa Francoise Hardy murió a la edad de 80 años, informó su hijo el martes.

Thomas DuTronc dijo en una simple publicación en Instagram esta noche: “Mamá se ha ido”.

Hardy, conocida mundialmente por su voz cristalina y sus letras melancólicas, padecía diferentes tipos de cáncer, entre ellos linfoma y laringe, desde 2004.

Se abrió paso con sólo 18 años con su primer éxito ‘Tous les Garçons et les Filles’ (‘Todos los chicos y chicas’) en 1962, y ayudó a fundar el movimiento ye-ye, un movimiento cultural de inspiración pop que acogió a británicos y estadounidenses. rock en los años 60.

Hardy fue el único artista francés que apareció en el ranking de 2023 de los mejores cantantes de la historia publicado por la revista Rolling Stone.

La legendaria cantante francesa Francoise Hardy (en la foto) murió a la edad de 80 años, dijo su hijo el martes.

Hardy, conocida mundialmente por su voz cristalina y sus letras melancólicas, padecía diferentes tipos de cáncer, entre ellos linfoma y laringe, desde 2004.

Hardy, conocida mundialmente por su voz cristalina y sus letras melancólicas, padecía diferentes tipos de cáncer, entre ellos linfoma y laringe, desde 2004.

Desde su diagnóstico, su vida se vio empañada por la enfermedad y en un momento la pusieron en coma inducido.

Desde su diagnóstico, su vida se vio empañada por la enfermedad y en un momento la pusieron en coma inducido.

Como uno de los principales íconos culturales de la década de 1960, se codeó con personas como Mick Jagger, Bob Dylan y Salvador Dalí.

Además de esto, trabajó con compositores como Serge Gainsbourg, Patrick Modiano, Michel Berger y Catherine Lara.

La revista Paris Match la citó diciendo el año pasado que quería “irse pronto y rápidamente, sin mucho sufrimiento”.

Desde su diagnóstico, su vida se vio empañada por la enfermedad y en un momento fue puesta en coma inducido. Su vida fue salvada en ese momento por una nueva forma de radiación.

Fue una destacada defensora del suicidio asistido cerca del final de su vida y le dijo a la revista que era “inhumano” que Francia no legalizara el controvertido procedimiento.

“No corresponde a los médicos acceder a cada petición, sino acortar el sufrimiento innecesario de una enfermedad incurable desde el momento en que se vuelve insoportable”.

Bromeó en ese momento diciendo que si bien le hubiera encantado haber elegido terminar con su propia vida, “dada mi pequeña notoriedad, nadie querrá correr el riesgo de ser retirado aún más de la orden médica”.

Fue una destacada defensora del suicidio asistido cerca del final de su vida.

Fue una destacada defensora del suicidio asistido cerca del final de su vida.

Hardy creció en el París de la posguerra como una niña ansiosa con una situación familiar compleja, le dijo al Daily Mail en 2011.

Hardy creció en el París de la posguerra como una niña ansiosa con una situación familiar compleja, le dijo al Daily Mail en 2011.

Ella reveló que su abuela socavó constantemente su apariencia a medida que crecía.

Ella reveló que su abuela socavó constantemente su apariencia a medida que crecía.

Como uno de los principales íconos culturales de la década de 1960, se codeó con personas como Mick Jagger, Bob Dylan y Salvador Dalí.

Como uno de los principales íconos culturales de la década de 1960, se codeó con personas como Mick Jagger, Bob Dylan y Salvador Dalí.

Hardy creció en el París de la posguerra como una niña ansiosa con una situación familiar compleja, le dijo al Daily Mail en 2011.

Sus padres estaban separados: su madre trabajaba muchas horas para poner comida en la mesa, mientras que su padre rara vez la visitaba, aunque insistía en que su madre pagara para que Françoise asistiera a la escuela de monjas.

Ella reveló que su abuela socavó constantemente su apariencia a medida que crecía.

‘Ella me había dicho durante toda mi infancia que yo era feo y que era la peor criatura del mundo. Me preocupaba no conocer nunca a nadie y convertirme en monja», recordó en aquel momento.

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