El Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO) dijo que el año pasado tuvieron lugar 59 conflictos armados en todo el mundo, encabezados por las guerras en Ucrania y Gaza.
Veintiocho de los conflictos tuvieron lugar en África, seguida de Asia con 17 y Oriente Medio con 10. Sólo se registraron tres conflictos en Europa y un solo ejemplo en las Américas.
Aunque el número de conflictos creció el año pasado, el número de países que experimentaron conflictos disminuyó de 39 en 2022 a 34.
El aumento del número de conflictos puede atribuirse en parte a la expansión de ISIL (ISIS) por Asia y Oriente Medio y a la implicación en general de un número creciente de actores no estatales. Esto sólo ha dificultado el trabajo de las ONG, añade el informe.
“Este desarrollo hace que sea cada vez más difícil para actores como los grupos de ayuda y las organizaciones de la sociedad civil maniobrar en el panorama del conflicto y mejorar las vidas de la gente común”, afirmó Siri Aas Rustad, investigadora de PRIO y autora principal.
Según datos recopilados por la Universidad de Uppsala de Suecia a partir de organizaciones no gubernamentales e internacionales, el número de muertes en combate se redujo a la mitad el año pasado, hasta 122.000.
Pero la cifra sigue siendo la tercera más alta desde 1989 y, en general, en los últimos tres años se produjeron más muertes relacionadas con el conflicto que en cualquier otro momento de las últimas tres décadas. Fueron impulsados por la guerra civil en la región de Tigray en Etiopía, la invasión rusa de Ucrania y el asalto a Gaza.
“La violencia en el mundo está en su punto más alto desde el final de la Guerra Fría”, continuó Rustad.
“Las cifras sugieren que el panorama del conflicto se ha vuelto cada vez más complejo con más actores del conflicto operando dentro del mismo país”.