El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha afirmado que el bombardeo israelí de la Franja de Gaza desde octubre del año pasado ha convertido el enclave asediado en un infierno en la tierra.
Griffiths añadió en un comunicado el lunes que entregar ayuda humanitaria a los residentes de la Franja de Gaza que están al borde de la hambruna es casi imposible, señalando que los civiles y la infraestructura en la Franja de Gaza han sido sometidos a daños excesivos y que existe una politización de ayuda en medio de la propagación del hambre y las enfermedades.
Señaló que los trabajadores humanitarios y de las Naciones Unidas en Gaza fueron asesinados en cantidades irrazonables.
El Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas explicó que las armas seguían llegando a Israel desde Estados Unidos y otros países a pesar del terrible impacto de la guerra sobre los civiles en Gaza.
Haciendo caso omiso de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto el fuego inmediato, Israel se ha enfrentado a la condena internacional en medio de su continua y brutal ofensiva contra Gaza desde un ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Desde entonces, más de 37.370 palestinos han muerto en Gaza, la mayoría de ellos mujeres y niños, y más de 85.450 han resultado heridos, según las autoridades sanitarias locales.
Más de ocho meses después de iniciada la guerra israelí, vastas zonas de Gaza yacen en ruinas en medio de un bloqueo paralizante de alimentos, agua potable y medicinas.