Imagine que hoy tiene una reunión muy importante, de la que dependen un montón de negocios para su empresa y todo está a cargo de Vd, que acude a esa reunión con la clavícula rota. Con lo que duele una clavícula rota. Y además, en esa reunión, hay que manotear y explicar y se necesitan los dos brazos para estar en plenitud. Pero claro, Vd lleva un cabestrillo. Olvídese de una extremidad.
Pues eso mismo le ha pasado a Naia Laso. Que tenía que clasificarse para los Juegos Olímpicos de París con la clavícula rota. Naia tiene 15 años y es la cuarta del mundo en la disciplina skateboarding, pero todo ese mundo sabe que va a trincar medalla. Había, eso sí, que conseguir la clasificación en Shanghái, estando lesionada, así que su adiós tenía que ser prematuro. Y quedo la 42 en Shanghái.
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alicante 24 de junio de 2024 – 07:52
Pero resulta que Naia había hecho los deberes y tenía tantos puntos de ventaja que pudo ser todo lo conservadora que quiso y pasar el trámite. El perfil de los Juegos Olímpicos de París anunciaba en redes que estará en Francia con uno de sus ejercicios que asombran a los expertos.
Naia recuerda cómo las primeras veces que montó en un skate se agarraba a la mano de su hermano mayor. Comenzó a los siete años y tuvieron que comprarle un monopatín a su medida porque era muy chica. Se lo tomaba como un juego, hasta que fue mejorando y a los 12 años ya era campeona de España. Con 14 fue quinta en el Mundial y con 15 va a los Juegos. Todo con muy poquitas palabras, como demostró hace unas semanas en una visita a La Resistencia de Broncano.
La van a localizar en París enseguida porque compite con unos calcetines con las orejas de Yoda, así que en sus rutinas, calienta con la música de La Guerra de las Galaxias.
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No se llama Leia, pero se llama Naia, y es otra princesa.