De los burritos a la biotecnología: cómo la startup de robótica Cartken encontró su nicho en los vehículos autónomos

Cartken y sus diminutos robots de reparto en aceras llegaron al mundo por primera vez con un objetivo limitado: llevar de todo, desde burritos y cajas de bento hasta pizza y pad thai, hasta el último tramo, a clientes hambrientos.

Pero la visión, gracias al enfoque de la startup hacia la tecnología de vehículos autónomos, siempre fue más amplia, según el cofundador y director ejecutivo de Cartken, Christian Bersch. Desde sus inicios, Bersch y el resto del equipo fundador vieron una oportunidad para que sus robots se desplazaran por el entorno exterior de las aceras llenas de peatones y el mundo interior de las fábricas, los laboratorios, los edificios industriales e incluso los aeropuertos.

La capacidad de un robot para moverse entre espacios interiores y exteriores parece bastante sencilla, pero Bersch afirma que no lo es. Es en este aspecto donde Cartken y su equipo de 30 personas se están haciendo un hueco en la industria de los vehículos autónomos, que está en constante evolución.

Los inversores parecen convencidos de las posibilidades. Cartken ha recaudado 22,5 millones de dólares en total, de los cuales 10 millones en su última ronda de financiación liderada por 468 Capital, según ha podido saber TechCrunch en exclusiva. También participaron Incubate Fund, los fondos de tecnología profunda e inteligencia artificial LDV Partners y Vela Partners, así como los fondos estratégicos de Magna International, Mitsubishi Electric, Shell Ventures y Volex.

Créditos de la imagen:Cartón

La startup, fundada en 2019 por ex ingenieros de Google que están detrás del proyecto Bookbot, opera un negocio de robots de entrega en aceras en varios campus universitarios, en Miami, Fairfax, Virginia y Tokio a través de asociaciones con Uber Eats, Grubhub y Mitsubishi Electric. Los robots de Cartken realizan un promedio de 36.000 entregas por mes.

Ahora, está llevando los robots a campus de biotecnología, farmacéutica y automotrices, incluida una fábrica operada por una empresa con sede en Alemania. ZFParte de ese capital recién recaudado se utilizará para ampliar su negocio de robots de reparto en aceras, que según Bersch es rentable en la actualidad. La mayor parte de los fondos se utilizará para “desbloquear estos nuevos casos de uso (en interiores)”, agregó.

La cofundadora y directora de operaciones de Cartken, Anjali Jindal Naik, señaló en una entrevista reciente que estaban sorprendidos por la cantidad de empresas que se han acercado a la startup en busca de robots que puedan moverse entre entornos interiores y exteriores.

“Buscaron otras soluciones, especialmente las que se aplican tanto en interiores como en exteriores, y realmente no las encontraron”, añadió.

Cartken utiliza lo que describe como un enfoque de autonomía que prioriza la IA y es independiente del hardware. Esto significa que se trata de un sistema de conducción autónoma que utiliza un sistema basado en cámaras (no lidar) que utiliza modelos de IA, entrenados con cientos de miles de imágenes, para detectar objetos, así como algoritmos de software para percibir y navegar por el entorno. A diferencia de otros robots para exteriores utilizados para entregas, Cartken no depende del GPS, lo que le permite operar en interiores. Además, los robots están diseñados para soportar la luz del sol y la lluvia, los peatones y el terreno irregular, todos los requisitos necesarios para manejar entornos exteriores. El sistema de conducción autónoma también se puede transferir a diferentes factores de forma y tamaños de robots.

La tecnología es mucho más parecida a la que tendríamos en los coches autónomos que a la que tendríamos en un robot de fábrica tradicional, según Bersch.

En la práctica, los robots de la fábrica de ZF transportan piezas que antes un técnico humano trasladaría en bicicleta a otras partes del enorme campus.

“Eso fue tiempo perdido en la línea de producción”, dijo Bersch, y señaló que se ha traducido en ahorros inmediatos. En 2023, los robots Cartken que operan en laboratorios y fábricas de los sectores biotecnológico, farmacéutico, químico y automotriz ahorraron a los empleados más de 10.000 horas en transporte, según la empresa.

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