El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había pedido a los aliados que asumieran un compromiso plurianual para mantener la ayuda militar a Kiev en el mismo nivel que desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, totalizando unos 40.000 millones de euros al año.
Aunque los estados miembros no respaldaron la solicitud original de Stoltenberg de un compromiso plurianual de ese tipo, el pacto incluye una disposición para reevaluar las contribuciones de los aliados en futuras cumbres de la OTAN, según un diplomático.
Los aliados también decidieron realizar dos informes durante el próximo año para establecer qué país suministra qué a Ucrania, dijo el diplomático, para satisfacer las demandas de mayor transparencia sobre la distribución de la carga en la alianza.
Los Estados miembros “intentarán cumplir este compromiso mediante contribuciones proporcionadas”, afirma el acuerdo.
El compromiso financiero es parte de un paquete más amplio para Ucrania que los líderes de la OTAN acordarán cuando se reúnan en la cumbre de Washington del 9 al 11 de julio.
En junio, los aliados decidieron que la OTAN asumiría un papel más importante en la coordinación del suministro de armas a Ucrania, reemplazando a Estados Unidos en un intento de salvaguardar el proceso mientras el escéptico de la OTAN Donald Trump busca un segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
Después de la invasión rusa en 2022, Estados Unidos reunió a naciones con ideas afines en la base aérea de Ramstein en Alemania, formando un grupo de naciones que ahora cuenta con alrededor de 50, que se reúne periódicamente para hacer coincidir las solicitudes de armas de Kiev con las promesas de donantes.
El llamado grupo Ramstein seguirá existiendo como un foro político dirigido por Estados Unidos, pero la OTAN se hará cargo del nivel de trabajo militar inferior que coordina las entregas de armas y el entrenamiento de las tropas ucranianas.
La medida es vista ampliamente como una forma de proporcionar un grado de “protección contra Trump” al poner la coordinación bajo el paraguas de la OTAN, dándole a la alianza un rol más directo en la guerra contra Rusia, sin llegar a comprometer sus propias fuerzas.
Pero los diplomáticos reconocen que tal medida puede tener un efecto limitado, ya que Estados Unidos es la potencia dominante de la OTAN y proporciona la mayoría del armamento a Ucrania.
Así que, si Washington quisiera recortar la ayuda occidental a Kiev, todavía podría hacerlo.
Sin embargo, los aliados todavía están en desacuerdo de cara a la cumbre de Washington sobre si, y cómo, fortalecer la redacción de la OTAN sobre la futura membresía de Ucrania en la alianza.
La postura oficial de la OTAN es que Ucrania se unirá a ella algún día, pero no mientras el país esté en guerra. “El futuro de Ucrania está en la OTAN”, declararon sus líderes en la cumbre de Vilna del año pasado.
Algunos aliados quieren que se refuerce este lenguaje y sugieren que la cumbre declare que el camino de Ucrania hacia la membresía es “irreversible”, según diplomáticos.