Una vecina de Santiago pide el ingreso mínimo vital y alucina por las consecuencias que sufre

Era el 29 de mayo de 2020 cuando se anunciaba la aprobación por parte del Consejo de Ministros del Ingreso Mínimo Vitaluna herramienta legal para hacer frente a la emergencia social generada por la pandemia y destinada a aquellas familias con menores a cargo que permitía completar los ingresos de las mismas.

Una medida que, como se explicó entonces, se marcaba como objetivos erradicar la pobreza y favorecer la participación en el mercado laboral y la inclusión social de las personas en situación de vulnerabilidad. Y con la estimación de que beneficiaría a 850.000 hogares y a 2,3 millones de personas, de las que un millón se encontraba en pobreza extrema.

Pero pasados cuatro años desde esta aprobación, algunas de las familias beneficiadas por este Ingreso Mínimo Vital se están encontrando con la desagradable sorpresa de que la Seguridad Social les está reclamando la devolución de la misma, tanto en la regularización de ingresos de los ejercicios de 2021 y 2022, como en procesos de devolución por cobro indebido.

“UN DESPROPÓSITO QUE ME RECLAMEN 4.000 EUROS POR UNA AYUDA QUE NO PEDÍ”

Es el caso de Relacionadovecina de santiago de compostela y a quien este pasado mes de enero le llegaba una carta de la Seguridad Social en que reclaman “4.000 euros y pico” al entender que percibió el VMI de forma indebida. Aunque, como nos cuenta ella misma “fue la propia administración del Estado la que me otorgó esa ayuda de oficio, ya que hasta ese momento yo estaba percibiendo otra ayuda por menor a cargo y después de comunicar a la Administración la percepción del subsidio”.

Que es la principal queja de esta compostelana que ha puesto el asunto en manos de un abogado “ya que cuando fui a reclamar a la oficina de la Seguridad Social ni allí sabían decirme de dónde se habían sacado esa cantidad que ahora tengo que devolver” a través de un Ingreso Mínimo Vital “que ni de lejos llegaba a los mil euros mensuales de los que tanto hablaban”, por lo que no duda en calificar todo de “un verdadero despropósito”.



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