Al menos cinco personas, uno de ellos un exsenador, han muerto este miércoles en la explosión de un artefacto explosivo improvisado colocado en un vehículo y controlado a distancia en el noroeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, aunque hasta el momento nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque.
Fuentes de seguridad consultadas por el periódico paquistaní ‘Dawn’ han informado de que el objetivo del ataque fue el automóvil del exfuncionario, identificado como Hidayatulá Jan, y que el ataque tuvo lugar en la localidad de Bajaur, en la región de Jaiber Pastunjuá, antiguo bastión de los talibán paquistaníes. Jan volvía de una campaña electoral para los comicios parciales cuando fue atacado.
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, ha expresado su “profundo pesar y dolor” por las víctimas, y ha ordenado identificar “rápidamente a los responsables del incidente y castigarlos”, según un comunicado del Gobierno publicado en su perfil de la red social X. Al condenar el suceso, ha dicho que los terroristas son “enemigos de la ley, el orden y la democracia”, pero que no pueden “disuadir la determinación de la nación”.
Pakistán ha sido testigo de un aumento de las actividades terroristas -en especial en la frontera con Afganistán- durante el último año después de que los talibán paquistaníes, Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), anunciaran a finales de noviembre el fin del alto el fuego pactado con las autoridades en medio de contactos mediados por los talibán afganos tras su toma del poder en Afganistán en agosto de 2021.
[–>
El grupo TTP, que difiere de los talibán afganos en asuntos organizativos pero sigue la misma interpretación rigorista del islam suní, aglutina a más de una docena de grupos de militantes islamistas que operan en Pakistán, donde han matado a unas 70.000 personas en dos décadas de violencia.