CANTON, Ohio — El montaje de la consagración al Salón de la Fama de Devin Hester comenzó donde un fanático de los Chicago Bears podría esperarlo.
Las imágenes en la pantalla gigante del Estadio del Salón de la Fama Tom Benson el sábado por la tarde mostraron las cámaras disparando el puntapié inicial del Super Bowl XLI, y a Hester sorprendiendo al país cuando atrapó el balón y lo devolvió 92 yardas para un touchdown.
Aunque, como explicó Hester al comenzar su discurso con su chaqueta dorada, abrir un juego con semejante devolución tal vez no fue tan sorprendente, incluso si lo fue que los Indianapolis Colts le patearan el balón.
Desde que era un niño, Hester siempre comenzaba los partidos con ese tipo de teatralidad, dijo. Así fue como supo que el fútbol, que lo convirtió en uno de los jugadores más queridos de todos los tiempos en Chicago, estaba destinado para él.
“Sentí que el fútbol me eligió”, dijo Hester.
El sábado, casi 10 años después de anotar su 21° touchdown en devolución (récord de la NFL), Hester se convirtió oficialmente en uno de los pocos elegidos para ser nombrados miembros del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional. Es el primer especialista en devoluciones de balón en ingresar al Salón, y aunque esperó un par de años más de lo que le hubiera gustado para recibir la llamada (y una hora extra el día de la consagración), fue una gran celebración para él y los Bears, que contaron con la presencia de muchos representantes notables, incluido el ex entrenador Lovie Smith.
“No sabían en qué se estaban metiendo”, dijo Hester a los Bears. “Pero creían que les esperaba algo especial”.
Una tormenta eléctrica empapó el estadio de Cantón aproximadamente una hora antes de que comenzara la ceremonia de consagración, y el campo y el escenario tuvieron que abandonarse temporalmente debido a los rayos. Las festividades finalmente se retrasaron unos 90 minutos y luego comenzaron apresuradamente antes de que los fanáticos terminaran de llegar a las entradas.
Cuando el anfitrión Chris Berman dio inicio a la ceremonia, le preguntó a una multitud vestida de azul marino y naranja, en la que incluso estuvo presente Michael Jordan para apoyar a sus amigos y miembros del Salón de la Fama Dwight Freeney y Julius Peppers: “¿Estamos en Chicago?”.
Un gran contingente de los Bears acudió para homenajear a un trío de estrellas veneradas.
Fotos: Grandes figuras de los Chicago Bears durante el fin de semana del Salón de la Fama del Fútbol Profesional
Hester, el mejor especialista en devoluciones de todos los tiempos. Steve McMichael, el duro defensor de línea y personalidad grandilocuente que encabezó la defensa de los Bears en 1985. Peppers, el cazamariscales de 17 años que se ganó el cariño de los fanáticos de los Bears en tan solo cuatro temporadas en Chicago.
Se unieron a Freeney, al apoyador de los Denver Broncos Randy Gradishar, al receptor abierto de los Houston Texans Andre Johnson y al apoyador de los San Francisco 49ers Patrick Willis para llevar el gran total de miembros del Salón de la Fama a 378.
Hester, junto con los demás, recibió su chaqueta dorada el viernes por la noche, abrazando entre lágrimas a su ídolo, Deion Sanders, quien lo ayudó a ponérsela. Y el sábado, con su madre, Juanita Brown, a su lado y gran parte de su familia sentada en una mesa frente al escenario, descubrió su busto.
Brown, con la ayuda de los tres hijos de Hester, presentó a Hester en el montaje de video, que finalizó con la famosa frase del locutor Jeff Joniak: “Devin Hester, eres ridículo”.
Hester dedicó la mayor parte de su discurso de 17 minutos a expresar su sincero agradecimiento y su orgullo por su familia: su madre, su padre, su padrastro, sus hermanos, su esposa y sus hijos. Y repasó una larga lista de miembros del personal de los Bears para mostrar su aprecio por el equipo que lo seleccionó en la segunda ronda del draft de 2006 y lo ayudó a convertirse en una estrella durante sus primeras ocho temporadas.
Smith, por creer en él y “apostar su dinero en el juego de regreso”. El cazatalentos Mark Sadowski, por defenderlo el día del draft. El coordinador de equipos especiales Dave Toub, por construir una relación única con él que incluyó discutir durante toda la semana y “sonreír de oreja a oreja” los sábados por la noche. El fallecido entrenador de receptores abiertos Darryl Drake, quien lo hizo sentir como si perteneciera. El coordinador ofensivo Ron Turner, por las comidas caseras. El entrenador de fuerza Rusty Jones, por asegurarse de que estuviera preparado. Y el gerente de equipamiento Tony Medlin, por las largas conversaciones sobre ser un profesional.
Después de terminar la lista de personas que lo ayudaron, ofreció un pequeño consejo a los jugadores jóvenes: dejen sus opciones abiertas porque Dios podría tener mejores opciones para ustedes. Después de todo, Hester quería ser corredor cuando era niño.
“En cambio, acepté el plan que Dios tenía para mí”, dijo. “Y, sobre todo, lo acepté. Acepté el llamado que Dios tenía para mí y, al aceptarlo, me convertí en el mejor repatriado que jamás haya caminado sobre la faz de esta tierra. Al menos hasta ahora”.
La consagración de McMichael fue especialmente emotiva ya que el Salón reprodujo un video de su casa en Homer Glen, filmado el sábado temprano.
McMichael, quien ha estado luchando contra ELA durante casi cuatro años y no puede hablar ni moverse, yacía con su chaqueta dorada en su cama de hospital mientras su esposa, su hija y sus compañeros de equipo del Salón de la Fama Jimbo Covert, Richard Dent y Mike Singletary ayudaron a descubrir su busto.
McMichael, que jugó 13 de sus 15 temporadas en Chicago, había estado esperando unirse a sus compañeros de equipo en el Salón de la Fama durante décadas. Era un compañero de equipo reverenciado, conocido por su intensidad, ética de trabajo y voluntad de hacer el trabajo sucio en el campo y su enorme personalidad fuera de él. Estableció un récord de los Bears al jugar en 191 partidos consecutivos y totalizó 95 capturas en su carrera.
Jarrett Payton, hijo de su ex compañero de equipo Walter Payton, llamó a McMichael la “salsa especial” de la defensa de los Bears del ’85 en su presentación en video.
“La forma en que podía usar todas sus habilidades para poder defenderse de los tackles, para detener la carrera (fue importante), pero a Steve se le pidió que hiciera más que eso”, dijo Payton. “No solo era un bloqueador de carreras. También era uno de los mejores linieros interiores para perseguir al mariscal de campo. Steve McMichael era una fuerza de la naturaleza, pero lo único más grande que su personalidad era su corazón”.
La hermana de McMichael, Kathy, dio un breve discurso en video que elaboró junto con él, en el que agradeció a sus compañeros de equipo y a su familia en su nombre.
“¡Hola, fanáticos de los Chicago Bears y de Mongo, vaya, estoy en el Salón de la Fama, cariño!”, dijo Kathy McMichael. “Los mejores fanáticos del mundo y la mejor ciudad para jugar al fútbol americano. Jugué 15 años en la NFL y disfruté cada minuto de cada jugada. Jugué con los mejores jugadores de la NFL y con la mejor defensa hasta el día de hoy, cariño”.
Peppers jugó 10 de sus 17 temporadas con los Carolina Panthers, pero destacó en Chicago, donde totalizó 37½ de sus 159½ capturas de su carrera, 10 de sus 52 balones sueltos forzados y tres de sus 11 intercepciones.
“A la ciudad y a los fanáticos de Chicago: sé que ustedes no me eligieron en el draft, pero cuando llegué allí, me trataron como si fuera uno de los suyos y lo aprecio”, dijo Peppers. “Así que siempre será Bears Down”.
El contingente de los Bears en Cantón incluía a Smith, Toub, Covert, el esquinero Charles Tillman, el corredor Matt Forte, el presidente George McCaskey, el presidente Kevin Warren y más.
Mientras esperaba que pasara la tormenta en el palco de propietarios de los Bears, Warren dijo que le había sorprendido el atractivo que Hester, McMichael y Peppers tienen en los jugadores y los fanáticos antes y después de su llegada, y cómo los jugadores actuales de los Bears hablan de ellos con cariño como ídolos y visten sus camisetas.
“Eso es respeto y admiración”, dijo Warren. “Cuando puedes trascender generaciones, es cuando sabes que mereces estar en el Salón de la Fama”.
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