Según las fuentes, Estados Unidos y los países árabes intentaron convencer a Irán para que atenúe su posición, pero los líderes iraníes están decididos a responder, incluso si sus acciones desencadenan una guerra.
Anteriormente, el asesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Jon Finer, declaró que Estados Unidos cree que los riesgos para Tel Aviv son altos y está dispuesto a ayudar a Israel a defenderse “si es atacado nuevamente”.
“El objetivo general es bajar la temperatura en la región, disuadir y defenderse de esos ataques y evitar el conflicto regional, que ha sido nuestro objetivo realmente desde el 7 de octubre”, dijo Finer en “Face the Nation” de CBS.
Agregó que “estamos en un momento que parece ser de mayor amenaza”.
El viernes, el Pentágono reveló que estaba trasladando un portaaviones, el USS Abraham Lincoln, junto con sus destructores de escolta, del Pacífico a Oriente Medio. Estados Unidos también estaba transfiriendo unidades de defensa aérea balística, similar a sus medidas en abril, cuando esperaba (correctamente) que Irán lanzara misiles y drones contra Israel.
La situación en Asia occidental se ha agravado dramáticamente tras el asesinato de Haniyeh en Teherán y del comandante del brazo armado de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut. Irán, Hamás y Hezbolá han responsabilizado a Israel y han advertido sobre su respuesta.
Hamás e Irán han prometido tomar represalias por el asesinato de Haniyeh, mientras que Hezbolá ha prometido responder al asesinato de Shukr.
NBC News informó que Tel Aviv se estaba preparando para un posible ataque de varios días por parte de Irán y Hezbolá a raíz del asesinato de Haniyeh y Shukr la semana pasada, citando a un funcionario israelí.
