El tesoro que se encuentra un constructor en un edificio de Gijón por el que contacta con su familia

El pasado siempre llama a tu puerta. Hace pocos días apareció una carta, 60 años después de ser escrita, emparedada en un antiguo edificio en Gijón. Juan Carlos Parajeuno de los firmantes, tenía 26 años cuando junto con sus cuatro compañeros de obra escribió esta carta. Por aquella época, trabajaba como peón de albañil en un edificio de Gijón, esta no era su profesión, pero si era una buena manera de ganarse la vida.

Lo curioso es que esta carta se escribió en el reverso de su propia nómina. 350 pesetas a la semana era lo que ganaba este albañil allá por el año 1964, un dinero que por aquel entonces estaba muy bien. 60 años después de que se escribiera esa carta, ha aparecido escondida tras una pared de un piso de la calle Cabrales 35 en Gijón. El constructor gijonés, Alfredo Barrofue el descubridor de este hallazgo cuando estaba reformando precisamente ese piso, pero lo que le sorprendió era precisamente lo que ponía en esa carta.

¿Qué era ese tesoro?

Esto seguramente sea muy excepcional, pero esta carta era nada más y nada menos que una misteriosa cápsula del tiempo. Tal fue la sorpresa del propio Alfredo que no dudo ni un segundo en ponerse en contacto con los descendientes de estos cuatro albañiles. Gracias a ello, encontró a Alberto, que es el hijo de Juan Carlos Paraje. Hoy en La tarde, Pilar Cisneros ha hablado con Alfredo Barro y con Alberto sobre esta increíble historia. Pero esto no se queda así, ambos han dicho que lo que les habían dejado estas cuatro personas en la carta, una de ellas el padre de Alberto, era una una botella de coñac Felipe segundo.



Fuente