Turquía desempeña un papel crucial en el mecanismo de defensa europeo, según académico

Publicado el 3 de septiembre de 2024


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Después de cinco años, Turquía Ha participado nuevamente en el UE reunión de ministros de Asuntos Exteriores, que se celebró informalmente en Bruselas el 29 de agosto. En un momento crucial para Europa, toda la región y todo el mundo sistema globalla presencia del Ministro de Asuntos Exteriores turco Hakan Fidan Entre los jefes diplomáticos del grupo de los 27 se marca un hito importante en la relación entre Ankara y la UE, subrayando TurquíaEl papel clave de la CIA en varios expedientes internacionales.

– Estabilidad, seguridad y solidaridad frente a los desafíos internacionales

Ante los numerosos desafíos regionales e internacionales que ponen en peligro la estabilidad de Europa y de toda la zona, el diálogo y un mayor compromiso con Turquía se han convertido en un imperativo estratégico para la UE. Desde hace mucho tiempo, se libra una guerra a las puertas de Europa que, además de socavar la estabilidad y el equilibrio tradicional de poder en la región y más allá, tiene repercusiones en la seguridad de los países europeos, no solo en términos de sus estrategias militares, sino también en la gestión de sus cadenas de suministro y economías.

Lamentablemente, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado una escalada de violencia que preocupa a los principales responsables de la toma de decisiones en Europa. Por ello, el diálogo diplomático y la mediación se están convirtiendo en la única opción para contener la amenaza y firmar una tregua. Debido a las sanciones impuestas por los países de la UE a Rusia, el único actor mediador capaz de ofrecer oportunidades viables para la estabilización es Turquía. De hecho, desde el estallido de las hostilidades, Ankara ha mostrado un fuerte compromiso diplomático como actor de equilibrio entre las partes. Turquía facilitó los contactos diplomáticos entre las partes en conflicto en Antalya y Estambul y desempeñó un papel importante en la creación del llamado “corredor de cereales”. Más recientemente, la operación de intercambio de prisioneros mediada por Turquía ha sido reconocida internacionalmente como “el mayor intercambio de prisioneros entre Oriente y Occidente desde la Guerra Fría”. Los líderes políticos occidentales expresaron su sincero agradecimiento a los países aliados, especialmente a Turquía “que destaca por el notable papel de mediación”, como expresó el alto cargo de la política exterior de la UE, Josep Borrell. Ankara también se ha distinguido por su celo diplomático en otros ámbitos, como los intentos de negociación entre Israel y Hamás, intento que la sitúa también como interlocutor esencial para garantizar la estabilidad regional e internacional.

– Turquía, aliado estratégico inevitable de la UE

El compromiso histórico de Ankara con las instituciones occidentales, demostrado por su larga permanencia en la OTAN y su candidatura a la UE, la convierte naturalmente en un aliado estratégico de primera clase del bloque europeo. Por ello, el compromiso de Turquía con la UE es vital para la estabilidad de Occidente y la defensa de los valores centrales occidentales. No debe pasarse por alto que Turquía tiene el segundo ejército más grande de la OTAN, un factor que seguirá teniendo un valor creciente considerando la importancia geoestratégica de Ankara y el creciente papel de su sector de defensa. Como es evidente por la sinergia entre las dos partes, Turquía podría desempeñar un papel cada vez más importante para la defensa de Europa, que actualmente está a cargo de los Estados Unidos.

Turquía es también un socio esencial en otros desafíos comunes. La migración es un asunto en el que Ankara ha invertido mucho para contener los riesgos y cumplir su pacto con Europa. A ello se suma su lucha contra la trata de personas, el terrorismo y el crimen internacional. Sin embargo, la columna vertebral de la cooperación turco-europea gira en torno a las relaciones económicas complementarias y el suministro de energía. Gracias a las políticas de diversificación energética de Ankara, en su calidad de corredor energético, es ahora un socio estratégico importante para la UE. Además, Turquía es un importante socio comercial de la UE, con flujos comerciales bilaterales que han crecido de forma constante a lo largo de los años hasta alcanzar los 206.000 millones de euros (unos 227.000 millones de dólares) en 2023. Esas importantes cifras también podrían maximizarse mediante la modernización de la Unión Aduanera, una cuestión pendiente desde hace tiempo, junto con la liberalización de los visados ​​para los ciudadanos turcos. Toda esta evidencia proporciona una imagen clara del alcance de las relaciones entre la UE y Turquía, que sin duda van mucho más allá de un simple carácter transaccional o del trato de “tercer Estado” al que el bloque ha confinado a Ankara durante demasiado tiempo.

Estos puntos se abordaron durante la última reunión informal de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, en la que se debatió sobre la necesidad de revitalizar las relaciones junto con la reanudación del proceso de negociación. De hecho, la mayoría de los delegados de la UE han mostrado una actitud positiva respecto de la importancia de Turquía como Estado candidato y, sorprendentemente, respecto de la necesidad de encontrar una solución a la cuestión de Chipre, apoyando la propuesta de activar un mecanismo dirigido por las Naciones Unidas.

– Incertidumbres y el papel esencial de Turquía

En un momento en que la reducción de los márgenes de fricción regional se ha convertido en un imperativo para la UE, el momento de la reunión que marca el regreso de Turquía a la mesa de negociaciones es muy significativo. Actualmente, la UE se enfrenta a diversas incertidumbres, relacionadas principalmente con el curso de la política europea bajo el nuevo liderazgo, así como con el resultado de las elecciones estadounidenses del próximo noviembre. La cuestión principal es cómo el bloque, que en los últimos cinco años se ha alineado cada vez más con las prioridades estratégicas y los dictados de Washington, gestionará las prioridades de Europa. Aunque los desafíos pueden permanecer inalterados en su matriz, están aumentando en magnitud al generar más efectos indirectos. La incógnita estadounidense y la inestabilidad regional plantean no pocos dolores de cabeza a Bruselas. Borrell, su principal funcionario de política exterior, ha alentado la participación turca en la reunión con la intención de dejar una huella en la dirección de los asuntos exteriores europeos. De hecho, fomentar relaciones estrechas y un entendimiento con Ankara podría garantizar una mayor estabilidad en Europa, considerando que el nuevo liderazgo estadounidense puede no estar ansioso por fortalecer el eje EE. UU.-UE.

– La necesidad de unas relaciones concretas, estructuradas y regulares entre la UE y Turquía

A pesar del clima cálido que reina en Bruselas, es necesario intensificar la cooperación con Turquía con pasos concretos y respetando el principio de “do ut des” (doy para que tú des). Por tanto, sólo una relación estructurada y regular, basada en un principio de equidad, que deje de lado la ambigüedad y los dobles raseros, podrá colmar el vacío de confianza y frustración que ha caracterizado las relaciones con Bruselas durante demasiado tiempo. Los primeros pasos que hay que dar apuntan, sin duda, a una reanudación constructiva del diálogo de alto nivel, seguida de la actualización de la Unión Aduanera y la liberalización de los visados. Ha llegado el momento de una revitalización plena. Se espera que el ambiente cálido que reina en la reunión sirva para calentar eficazmente la actitud europea hacia Turquía y que vaya acompañado de pasos concretos.

***Este artículo ha sido escrito por Valeria Giannottaacadémica italiana especializada en ciencias políticas y relaciones internacionales, directora científica del Observatorio en Turquía del CeSPI.

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