Recientemente han surgido cuestiones específicas bajo los títulos de mundo unipolar, mundo multipolar y competencia comercial interpolar. Especialmente después de que las Naciones Unidas perdieron su papel vital, el ámbito de las relaciones internacionales sigue estando marcado por la ausencia de garantías jurídicas vinculantes entre los Estados.
La humanidad ha retrocedido a la época anterior a la era del imperio. Hoy en día, prácticamente impera la ley de la selva.
En la época romana, Roma dominaba el mundo y el Derecho romano era válido en las relaciones supranacionales e internacionales. Durante el auge del Islam, existía un marco para las relaciones entre musulmanes y cristianos. En la era del imperio, también existían códigos de conducta válidos entre imperios.
A medida que la humanidad transitaba hacia las eras moderna y contemporánea, surgió un orden jurídico y un marco para los derechos humanos bajo el liderazgo de Occidente. Desde su inicio hasta su plena implementación, a pesar de enfrentar numerosos desafíos multifacéticos, surgió un orden global, o al menos el funcionamiento del sistema internacional. Durante la Guerra Fría, este orden estuvo dominado principalmente por instituciones formales y supranacionales que dieron forma a las relaciones internacionales.
En el conflicto entre Israel y Palestina quedó claro que Estados Unidos había perdido su capacidad de imponer un orden. Al mismo tiempo, Estados Unidos había neutralizado la justicia en las relaciones internacionales y restablecido la ley de la jungla en la Tierra.
Empoderado por Occidente
Mientras tanto, mientras continúa el debate sobre si el conflicto regional en Oriente Medio podría escalar y afectar a toda la humanidad, la guerra entre Ucrania y Rusia se está intensificando. Los estados europeos y los aliados de la OTAN están aumentando constantemente su apoyo a Ucrania, mientras que la ira de Rusia crece en respuesta.
La resistencia de Ucrania se ha hecho evidente, ya que su fuerza es directamente proporcional al armamento pesado proporcionado por naciones occidentales como Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y otros miembros de la OTAN. Cuanto más avanzada sea la ayuda militar que estos países le proporcionen, más formidable será Ucrania en su defensa. Cuanto más aumente esta capacidad, más se profundizará la guerra entre Ucrania y Rusia. Si la guerra estalla en el territorio de un país de la OTAN fuera de Ucrania, existe la posibilidad de un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN.
Mientras el Frente Occidental aumenta su poder contra Rusia, con países de la OTAN y la Unión Occidental, Rusia sigue buscando alianzas con Irán, China, Corea del Norte y otros países. La guerra entre Ucrania y Rusia, que no parece una ecuación fácil vista desde fuera, se está volviendo cada vez más peligrosa y puede involucrar a toda la humanidad.
Escalada hacia la catástrofe
Cuando la ley, el orden y la justicia dejan de existir en todo el mundo, basta una chispa para que estalle una Tercera Guerra Mundial. Aunque la atención mundial está centrada en las atrocidades cometidas en Gaza, vivimos en una época en la que el imperio de la ley ha sido sustituido por la ley de la selva. En un entorno tan volátil, una chispa en Rusia podría desembocar rápidamente en un conflicto a gran escala que involucre a todos los países europeos, incluido Estados Unidos, contra Rusia. La intensificación de la guerra en Ucrania, que no da señales de asestar una derrota decisiva a Rusia, corre el riesgo de no hacer más que sumir a la humanidad en una catástrofe sin precedentes.
Creo que Turquía debería volver a asumir un papel proactivo en la mediación del conflicto entre Ucrania y Rusia, tal como lo hizo en las primeras etapas de la guerra. La posición estratégica y la influencia diplomática de Turquía podrían resultar vitales para reducir las tensiones y facilitar las negociaciones, ayudando a prevenir más destrucción y posiblemente evitando un conflicto más amplio.
