Según Bloomberg News del miércoles, el peso pesado de la inteligencia artificial OpenAI está en conversaciones para recaudar nuevos fondos por una valoración de 150 mil millones de dólares, una medida que fortalecería su estatus como una de las empresas emergentes más grandes del mundo.
El creador del chatbot viral ChatGPT está considerando recaudar 6.500 millones de dólares de inversores, según el informe, citando a personas familiarizadas con el asunto, y otros 5.000 millones de dólares en deuda de los bancos en forma de una línea de crédito renovable.
La nueva valoración de OpenAI sería un 74% mayor que los 86.000 millones de dólares que obtuvo en una oferta pública de adquisición a principios de este año.
La compañía no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de Reuters y Thrive Capital, que Bloomberg News dijo anteriormente que lideraría la financiación, se negó a hacer comentarios.
El frenesí provocado por su ChatGPT ha convertido a OpenAI en uno de los principales actores de la industria de la inteligencia artificial.
La compañía, dirigida por Sam Altman y respaldada por el gigante tecnológico Microsoft, ha liderado un resurgimiento del interés de Silicon Valley en este espacio.
Forge Global Holdings, un mercado de valores privados, agregó el miércoles a OpenAI a su lista de “Siete Magníficas Empresas Privadas”.
Los Siete Magníficos son un grupo de acciones de mega capitalización que cotizan en bolsa, entre las que se incluyen Microsoft, Apple, Alphabet (la empresa matriz de Google), Tesla y otras.
La última inyección de capital permitirá a OpenAI seguir siendo privada durante más tiempo. La mayoría de las empresas emergentes de alto vuelo evitan salir a bolsa debido a los costos regulatorios y la volatilidad de los mercados bursátiles.
Fuentes alternativas de capital, como empresas de capital privado y fondos como Destiny Tech100 y ARK Venture Fund, también han disminuido el atractivo de las ofertas públicas iniciales.
Sin embargo, los inversores sí disfrutan de la liquidez que ofrecen los mercados públicos. “Los capitalistas de riesgo van a querer cierta liquidez y la forma de conseguirla es que la empresa se venda o salga a bolsa”, dijo Chelsea Childs, socia del bufete de abogados Ropes & Gray.
Fundada en 2015, OpenAI ha estado en el centro del rápido cambio de la industria tecnológica hacia la IA, iniciando un frenesí inversor con el debut en 2022 de su chatbot fácil de usar, ChatGPT. Los productos de la empresa, que pueden generar imágenes realistas y texto con sonido humano a partir de unas pocas palabras, han captado la atención tanto de los consumidores como de los inversores.
OpenAI ha evolucionado significativamente como empresa desde su fundación. A fines del año pasado, destituyó brevemente a su director ejecutivo, Altman, y hoy solo queda un puñado de miembros del equipo fundador original.
En un memorando dirigido a los empleados el mes pasado, la directora financiera de OpenAI, Sarah Friar, dijo que la financiación cubriría la necesidad de potencia informática y otros gastos operativos, informó Bloomberg. También dijo en el memorando que la startup pretende permitir a los empleados vender algunas de sus acciones en una oferta pública de adquisición a finales de este año.
La startup también ha firmado varios acuerdos con organizaciones de noticias, desde Axel Springer hasta Conde Nast, para mostrar su contenido dentro de sus productos de inteligencia artificial. También se enfrentó a una importante demanda por derechos de autor presentada por The New York Times el año pasado por usar sus artículos y a otros dos casos separados presentados por uno de sus fundadores, el multimillonario tecnológico Elon Musk, quien abandonó OpenAI en 2018.
