Una ama de casa de Murcia revela el truco que aplica al ir al supermercado y que le permite ahorrar cada mes: "Menor precio"

Siempre se habla de la cuesta de enero, pero septiembre resulta un mes muy empinado si se trata de cuadrar las cuentas de los hogares. Las familias que han podido permitirse unas vacaciones fuera o un viaje vuelven a la rutina y se vuelven a encontrar con los altos precios.

Se une a los gastos que ya conlleva la vuelta al cole en el caso de las casas en las que hay uno o más niños, que ya de por sí complican el retorno a las rutinas y ponen en jaque el presupuesto mensual.

La tendencia de los precios sigue al alza en muchos productos necesarios en el día a día, y se nota en productos variados que no son ni lujos ni caprichos. “Las empresas suelen utilizar septiembre para retocar los precios para no hacerlo de golpe a principio del año y por eso te encuentras con alzas en la ropa interior, las latas de tomate, la pintura o las gafas para los niños”.

UN 30% MÁS QUE HACE DOS AÑOS

Juana Pérez, responsable de Thader Consumo, advierte que aunque el Gobierno intenta controlar estas subidas para que no se disparen, pero aun así se han elevado por encima de lo esperado. De ahí, que más que trucos haya nuevas tendencias en la forma de comprar. “Ya no es que ofrezcamos consejos, sino que son nuevas formas que deben convertirse en hábitos“.

El hecho de tener que ahorrar hace que se compre lo justo. “Ya se ha convertido en una tendencia. Nadie compra un kilo de tomates si necesitas dos. Compras dos tomates y un calabacín o lo que necesites. Con la carne o el pescado ya compras preenvasado buscando un menor precio”. Advierten que suele ahorrarse, porque las ofertas de packs a veces no son verdaderos ahorros.

Con esa medida también se consigue seguir luchando contra el desperdicio alimenticio en los hogares porque se consume casi todo lo que se compra precisamente por acotar las cantidades.

AFRONTAR

Productos en los estantes de un supermercado

El dato del incremento de precios es serio y más lo es si se comparan con los de hace dos años. “El precio de los productos se ha elevado con respecto a hace dos años en un 30%. Pagamos un 30% más por esos productos que se necesitan en los hogares; desde la leche, los huevos, los zapatos o materiales escolares”.

Otra cuestión que debe cambiarse es dónde hacer las compras. “Antes las familias iban a una gran superficie y compraban todo en el mismo sitio, desde el calzado hasta la comida. Ahora sale más rentable ir a los establecimientos cercanos e ir comparando los precios para adquirir los más económicos“.

Se ha reducido el consumo y no se compra por comprar. Esa es la parte buena, pero también hay una mala. “A veces se baja la calidad de los productos y no son tan saludables, pero se ven abocados a ellos por los precios”.

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