Para quienes aún tienen dudas, Ursula von der Leyen acaba de demostrar que es una mujer de poder y que sabe jugar con el equilibrio de poder. Reelegiada por los 27 Estados miembros tras las elecciones europeas del 9 de junio, en las que ganó su familia política –los demócrata-cristianos del Partido Popular Europeo (PPE, centroderecha)–, la presidenta de la Comisión pretende ahora hacer valer su autoridad.
El nuevo equipo que la rodeará en su segundo mandato, que comenzará a más tardar el 1 de diciembre, y que presentó el martes 17 de septiembre, así lo demuestra. “Tenemos la sensación de estar asistiendo al comienzo del reinado de Ursula Júpiter”, afirma el eurodiputado de Place Publique (centro-izquierda) Raphaël Glucksmann. Hay que decir que el contexto es favorable para ella, aunque no para la Unión Europea (UE), que se encuentra en plena decadencia económica y se enfrenta a dos guerras en sus fronteras.
Entre una Francia debilitada por las dificultades políticas de Emmanuel Macron y una Alemania enredada en la disfuncional coalición liderada por el canciller Olaf Scholz, Von der Leyen tiene más espacio. Sobre todo porque no se espera que se presente a la reelección en 2029, ya no necesita asegurarse el apoyo de París, Berlín, Roma y el resto.
Rodeado de ‘hombres que dicen sí’
Si el Parlamento Europeo aprueba la composición del próximo colegio, no habrá muchos pesos pesados que puedan hacer sombra a Von der Leyen. Como ha dicho el politólogo Alberto Alemanno, estará rodeada de “sí señores”, mientras que las figuras más destacadas de su primer mandato –el holandés Frans Timmermans y la danesa Margrethe Vestager– ya han abandonado el barco comunitario.
El francés Thierry Breton debería haber continuado, pero el exministro alemán con el que mantiene una relación pésima hizo que Macron cediese: si Francia quiere una cartera importante, le dijo en esencia, será sin el exjefe de Atos. El Elíseo sacrificó a Breton en favor del leal a Macron, Stéphane Séjourné, ministro de Asuntos Exteriores dimitido, que, como confirmó von der Leyen el martes, será uno de sus seis vicepresidentes ejecutivos, encargado de “la prosperidad y la estrategia industrial”.
Será responsable del mercado interior y supervisará a cuatro comisarios responsables de Comercio (Maroš Šefčovič de Eslovaquia), Investigación (Ekaterina Zaharieva de Bulgaria), Asuntos Económicos (Valdis Dombrovskis de Letonia) y Servicios Financieros (Maria Luís Albuquerque de Portugal). Pero, como ha demostrado el pasado, en Bruselas un título no es garantía de influencia.
Y nada hace pensar que Séjourné, que domina mal el inglés y no tiene muchos conocimientos de economía, vaya a tener más poder que Breton, que ha dirigido directamente tres ramas estratégicas (mercado interior, digital y defensa). También tendrá que imponerse a los comisarios bajo su autoridad, tres de ellos del PPE, que no comparten necesariamente la visión francesa en materia de finanzas públicas o de comercio. “Va a ser devorado y la influencia francesa va a pagar las consecuencias”, afirma la eurodiputada de Les Républicains (derecha) Céline Imart. “El programa de trabajo de la Comisión incluye un software muy francés”, afirma el Elíseo.
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