¿Por qué era necesaria la reforma educativa en la inteligencia turca?

El 16 de septiembre de 2024 se celebró por primera vez en la historia de Turquía el inicio de la vida educativa de la Academia Nacional de Inteligencia (ANI).

La Academia Nacional de Inteligencia, cuyas bases intelectuales se sentaron durante el mandato del Dr. Hakan Fidan, ministro de Asuntos Exteriores de Turquía y ex director de la Organización Nacional de Inteligencia (MIT), se convirtió en una realidad después de que el profesor Ibrahim Kalın asumiera la presidencia del MIT, primero completando estudios de viabilidad y luego completando su infraestructura conceptual e institucional. La MIA abrió sus puertas en enero con una reunión abierta a la prensa, marcando una nueva reforma en las páginas de la historia de la inteligencia turca. Por supuesto, hubo una pregunta muy legítima sobre la apertura y el funcionamiento de la MIA. ¿Era lógico aceptar estudiantes civiles en inteligencia cuando se trata de un campo que debería ser altamente secreto por su naturaleza? De hecho, al margen de la vida educativa de los estudiantes, ¿era adecuado que la MIA pusiera sus informes a disposición del público como fuente abierta?

La respuesta a estas preguntas era como embarcarse en una aventura llena de reservas e incertidumbres para quienes querían mantener un enfoque tradicionalista de la inteligencia. Sin embargo, para quienes siguen de cerca el estado de la inteligencia en el siglo XXI, esto no era una opción sino una necesidad. Por lo tanto, los llamados reformistas opinaban que la inteligencia turca no debía limitarse a la expansión operativa. Para una organización de inteligencia carente de profundidad analítica, las victorias operativas eran solo a corto y mediano plazo. Sin embargo, para que la Organización Nacional de Inteligencia logre victorias a largo plazo con efectos transformadores, necesita una mente analítica fuerte capaz de pensamiento y planificación estratégicos, donde se integren la perspicacia y la previsión.

Por este motivo, el MIA nació como una iniciativa para desarrollar y fortalecer el capital intelectual y analítico de la inteligencia turca. ¿Por qué, entonces, los estudios analíticos están adquiriendo cada vez más valor en la literatura y las actividades de inteligencia?

En primer lugar, después de la Segunda Guerra Mundial, los estudios y actividades de inteligencia se dividieron en períodos de guerra y de paz. En este contexto, la inteligencia ha dejado de ser un campo confinado a cuestiones militares y de defensa. Por lo tanto, la inteligencia ya no es un campo de trabajo y actividad que se produce y consume por instituciones y organizaciones que operan principalmente en el campo militar y de defensa.

En segundo lugar, la percepción de la seguridad y la estrategia han cambiado. La concepción dominante que antes daba prioridad a la seguridad del Estado ha sido sustituida por un fenómeno de seguridad multidimensional y multinivel. Esto ha llevado al surgimiento de nuevos campos de estudio, como la seguridad del transporte, la seguridad de la infraestructura crítica, la ciberseguridad, la seguridad alimentaria y la seguridad medioambiental, que están directamente relacionadas con el trabajo de inteligencia. Sin duda, a medida que ha cambiado la percepción de la seguridad, también ha cambiado el enfoque estratégico para adaptarse a este cambio, y ha surgido un nuevo proceso de institucionalización para producir soluciones estratégicas a áreas problemáticas estratégicas.

En tercer lugar, la era de la información y la nueva era digital han presentado oportunidades y desafíos. Hoy en día, existe un aluvión de datos que se propagan instantáneamente por todo el mundo a través de plataformas digitales. Por lo tanto, el acceso a la información, que era el principal problema para las agencias de inteligencia en el pasado, ha sido reemplazado por una posición cautelosa y vigilante (defensiva) ante el flujo de información inoportuno e intenso. Ya no se trata de acceder a la información sino de analizarla de manera precisa, imparcial y procesable. En este sentido, el principal desafío no es el consumo táctico y operativo del conocimiento actual sino la gestión del conocimiento existente, su análisis y reproducción a nivel estratégico y de largo plazo con un enfoque interdisciplinario.

En cuarto lugar, está la cuestión de la privatización de las fuentes, los instrumentos y la producción de conocimientos. En este sentido, ha surgido una nueva era en la que las empresas tecnológicas desempeñan un papel fundamental en la recopilación, clasificación, procesamiento, valorización y análisis de la información. En la actualidad, muchas empresas ofrecen actividades y soluciones de inteligencia geoespacial que antes eran monopolio estatal. Uno de los mejores ejemplos es el de la guerra ruso-ucraniana, en la que muchas empresas privadas que producían imágenes satelitales y analizaban inteligencia geoespacial prestaban servicios a organismos y organizaciones pertinentes de Kiev.

En quinto lugar, se está produciendo un cambio y una transformación de las agencias de inteligencia. Los países que no niegan la existencia y el poder de la industria de inteligencia prefieren cooperar con el sector privado en lugar de expulsarlo del sistema. En estos países, la cooperación con la comunidad de inteligencia, el sector privado y la academia no se considera el fin de la profesión de inteligencia; por el contrario, se considera un elemento que alivia la presión sobre las agencias de inteligencia para que tomen decisiones alternativas en términos de temas, tiempo, recursos humanos y opciones. Por esta razón, en los países que quieren beneficiarse de la industria de inteligencia, el sector privado y la academia no son tratados con un enfoque excluyente, sino con una perspectiva manejable.

Teniendo en cuenta las razones resumidas en los principales puntos anteriores, es posible decir que el MIA, si bien conserva la tradición de inteligencia turca, ha pasado a una comprensión manejable de la industria de inteligencia con un enfoque reformista. En este sentido, como destacó el director del MIT Kalın en su discurso inaugural del año de formación, el MIA proporcionará aportes estratégicos a la razón de ser del Estado por un lado e invertirá en capital intelectual que pueda crear su propio conjunto de conceptos y referencias sobre estudios y prácticas de inteligencia por el otro. Asimismo, como explicó la profesora Talha Köse, presidenta del MIA, los recursos humanos del MIA, que adquieren una perspectiva interdisciplinaria y multidisciplinaria que combina las ciencias sociales con las ciencias y las ciencias de la ingeniería, serán el activo estratégico de Turquía para dar forma a las generaciones futuras.

En este sentido, el MIA demostrará que la destreza profesional en materia de inteligencia no se reduce sólo a las habilidades operativas de los oficiales de campo; como rama de la ciencia, demostrará cuán valiosos son quienes producen pensamientos analíticos en el escritorio. En este sentido, el MIA servirá sin duda como un centro de atracción para el país tanto en términos de alfabetización en la disciplina de inteligencia como en metodología de análisis.

El boletín diario de Sabah

Manténgase al día con lo que sucede en Turquía, su región y el mundo.


Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de uso y Política de privacidad. Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de privacidad y los Términos de servicio de Google.

Fuente