Huelga en Boeing: el CEO amenaza a los empleados con suspensiones no remuneradas

El conflicto laboral se está endureciendo en Boeing. Kelly Ortberg, el nuevo director general del fabricante de aviones estadounidense, anunció el miércoles 18 de septiembre que decenas de miles de empleados serán suspendidos “en los próximos días”. Desde el 13 de septiembre, 33.000 de los aproximadamente 171.000 empleados de Boeing están en huelga para exigir aumentos salariales. Antes de parar, los empleados sindicalizados del fabricante de aviones habían votado en más del 95% en contra del acuerdo negociado entre los sindicatos y la dirección.

Según el acuerdo alcanzado con la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM), entre otros, los empleados habrían tenido derecho a un aumento salarial inmediato del 11% y del 25% repartido en cuatro años. También habrían recibido una prima de 3.000 dólares (unos 2.694 euros). Además, la dirección había acordado otros beneficios, como un marco para las horas extras, una reducción del 9% en las contribuciones al seguro médico y un aumento de la baja por maternidad a 12 semanas.

Boeing se había comprometido, sobre todo, a producir su próximo avión en la región de Seattle, en el estado de Washington, donde se encuentran sus históricas plantas de producción de Everett y Renton, y en Oregón. En estas fábricas trabaja la gran mayoría de los empleados que han estado en huelga durante la última semana.

Para compensar los efectos de la inflación

Para los huelguistas y sus sindicatos, las propuestas de la dirección son en gran medida insuficientes. Reclaman un aumento salarial del 40%, en particular para compensar los efectos de la inflación de los últimos años, similar a lo que acaban de conseguir los pilotos de varias empresas estadounidenses. También exigen la recuperación de su plan de pensiones.

Para los trabajadores en huelga en Boeing, la próxima instauración de ERTE tendrá graves consecuencias. En Estados Unidos, estos empleados dejarán de cobrar su salario y pronto no tendrán cobertura sanitaria. Además, “para limitar el impacto” de esta drástica medida, el nuevo director general de Boeing ha precisado que los empleados afectados estarán sujetos a un ERTE de una semana cada cuatro semanas, de forma rotatoria.

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“Es importante que tomemos medidas contundentes para preservar la liquidez y garantizar que Boeing pueda recuperarse con éxito”, intentó explicar Ortberg el miércoles, justo después de que fracasara la mediación federal. Según el director ejecutivo de Boeing, los despidos afectarán también a “un gran número de ejecutivos, gerentes y empleados con sede en Estados Unidos”. Por si fuera poco, añadió que él y el equipo directivo “aceptarían una reducción salarial proporcional” a la que perderían los trabajadores despedidos.

En Boeing, las huelgas son una excepción. El último conflicto se remonta a 2008. Tras ocho semanas de huelga, la dirección y los sindicatos llegaron a un acuerdo. En aquel momento, Boeing era el líder mundial de la aeronáutica, con sus finanzas en su punto álgido y una cartera de pedidos repleta, pero perdía 100 millones de dólares al día. Dieciséis años después, el Boeing de 2024 ha perdido gran parte de su grandeza.

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