El miércoles 18 de septiembre, por primera vez, aparecieron imágenes íntimas en las pantallas del tribunal de Avignon, y la realidad del proceso contra Pelicot empezó a calar de lleno. Cada vez que uno de los 35 coacusados (de un total de 51) que se oponen a las acusaciones de violación que pesan sobre él suba al estrado en las próximas semanas, se difundirán vídeos de las escenas en cuestión filmadas por Dominique Pelicot y en las que se basa la acusación, lo que promete días de audiencias difíciles.
Antes de este largo y oscuro túnel, dos abogados de la defensa habían conseguido que se mostrasen en el tribunal unas fotografías de Gisèle Pelicot. Las imágenes fueron extraídas de un disco duro que pertenecía a su marido. Los abogados argumentaron que serían “útiles para revelar la verdad”. Cuando Gisèle Pelicot subió al estrado el miércoles por la tarde, su hija Caroline, que la apoya todos los días, abandonó la sala a petición de su madre. Y se mostraron 27 fotografías en silencio: Gisèle Pelicot desnuda y visiblemente consciente, en posturas lascivas, primeros planos de su entrepierna.
Gisèle Pelicot afirma no recordar estas instantáneas, tomadas, según afirma, sin su conocimiento o cuando estaba sedada por su marido, pero entiende perfectamente la maniobra: “Quieren tenderme una trampa con estas fotos, quieren demostrar que atraje a estas personas a mi casa y que estaba de acuerdo”.
-En realidad soy yo el culpable, ¿es así?
“Veo que la señora Pelicot está despierta, se la ve sonriendo”, afirma Isabelle Crépin-Dehaene, la abogada defensora que inició la difusión. “No todas las mujeres aceptarían este tipo de fotos. Demuestran que había una petición del marido de la que la mujer era perfectamente consciente. Deduzco que la pareja Pelicot también jugaba a un juego sexual”.
Crépin-Dehaene sugirió que algunas de las fotos podrían haber sido utilizadas por Dominique Pelicot para atraer a hombres a su casa, a quienes les ofrecería a su esposa, previamente drogada, en su dormitorio. “Tal vez estas fotos podrían haber hecho creer legítimamente al hombre reclutado en Internet que la madame estaba ansiosa por un juego sexual y que estaba dispuesta a consentir un trío”.
Gisèle Pelicot lucha por mantener la calma: “He provocado, he fingido, estaba borracha, he sido cómplice… Hace falta mucha paciencia para aguantar todo lo que he oído. Ahora muestran estas fotos tomadas sin mi conocimiento. En realidad, soy la culpable, ¿no es así?”. La defensa sintió la necesidad de responder: “Permítanme tranquilizarlos, este no es en absoluto su juicio”. “Lo es un poco”, respondió Gisèle Pelicot.
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