El gobierno del primer ministro francés Barnier, que aún no ha sido aprobado, se inclina hacia la derecha

Eran poco antes de las 20 horas del jueves 19 de septiembre cuando el coche de Michel Barnier entró en el patio del Palacio del Elíseo. Por fin. Tras dos semanas de intensas negociaciones entre bastidores, salpicadas de estallidos de ira, portazos y amenazas de dimisión, el primer ministro, con los labios fruncidos, entregó al presidente Emmanuel Macron la lista de ministros de su futuro gobierno.

El ex comisario europeo de 73 años, que se define como una persona segura de sí misma, cree haber formado un equipo equilibrado en cuanto a género, reflejo de un amplio equilibrio en una Asamblea Nacional heterogénea. El gabinete del primer ministro se muestra satisfecho con el nombramiento de personas “competentes”. Treinta y ocho ministros, incluidos dieciséis principales, componen el equipo, según la información proporcionada por el grupo y los líderes de los partidos representados en la futura coalición.

En los puestos clave estarían siete representantes de Renacimiento, el partido de Macron, y tres miembros del partido de derecha Les Républicains (LR), así como dos del partido centrista MoDem y uno de Horizons, el partido del ex primer ministro Edouard Philippe, que forman parte de la coalición presidencial. Además de tres ministerios principales, LR se ocuparía de otras carteras, entre ellas la de laicidad y los territorios de ultramar. Se trata de un equipo “listo para actuar”, afirmó la oficina del primer ministro, que encargó a Macron “asumir sus responsabilidades” para respaldar la lista presentada.

Estos elementos iniciales muestran que Barnier se ha apoyado en la antigua mayoría y en la derecha para hacer su elección. Si bien el primer ministro afirma representar una “ruptura” con el gobierno anterior, el perfil de su equipo guarda un parecido sorprendente con el anterior, ya que está compuesto esencialmente por macronistas y representantes electos de LR. Esta composición confirma la orientación derechista del gobierno de Macron. La única diferencia con los gobiernos anteriores desde su elección en 2017 es que esta vez, la alianza entre el bando presidencial y la derecha está plenamente afirmada.

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Desequilibrio

La ausencia de figuras de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), por el momento, contribuye a la impresión de desequilibrio en el nuevo equipo, a pesar de que el NFP salió vencedor en la segunda vuelta de las elecciones legislativas. “En Francia, con Macron, son todos los perdedores de las últimas elecciones los que van a formar el gobierno”, denunció Manuel Bompard en X. El máximo responsable del partido de izquierda radical La Francia Insumisa convocó entonces manifestaciones para el 21 de septiembre, “en toda Francia contra la mayor estafa de la V República”.

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