El jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, promete “infierno” a Israel si invade el sur del Líbano

El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, no intentó restar importancia a los reveses infligidos a su organización por Israel, pero sí cuestionó su importancia estratégica en un discurso televisado el jueves 19 de septiembre. A raíz de una serie de explosiones en el equipo de transmisión del partido chií libanés, que en dos días dejaron 37 personas muertas y casi 3.000 heridas, la mayoría de las cuales eran combatientes y empleados de sus filas, así como civiles, Nasrallah reconoció que Hezbolá había sufrido “un golpe severo, sin precedentes en la historia de la resistencia, el Líbano y el conflicto con Israel”, en un discurso transmitido en vivo.

En respuesta a esta “masacre” y a este cruce de “todas las líneas rojas”, que podría constituir una “declaración de guerra”, Nasrallah prometió que Israel recibiría “una retribución dura y un castigo justo, donde lo espera y donde no”. Al mismo tiempo, los aviones de combate israelíes provocaron a los habitantes de Beirut, que aún se recuperaban de los ataques, cruzando la barrera del sonido y se lanzó una campaña de bombardeos en el sur del Líbano y el valle de Beqaa, la más intensa llevada a cabo por el ejército israelí desde que comenzaron los combates con Hezbolá, con base en el Líbano, en octubre de 2023.

Estas intimidaciones y amenazas de guerra lanzadas por funcionarios israelíes para inducir a Hezbolá a que cesara sus ataques contra Israel en apoyo de la Franja de Gaza no parecieron tener efecto alguno sobre la retórica del líder chií. “Cualesquiera que sean los sacrificios, cualesquiera que sean las consecuencias, pase lo que pase, no cesaremos nuestro apoyo a Gaza, y el frente del Líbano con Israel no se detendrá hasta que termine la agresión en Gaza”, prometió Nasrallah, presentando este apoyo como la principal forma de resistencia a Israel, que busca “separar el frente libanés del de Gaza”.

‘Nos galvaniza aún más’

Tras elogiar la solidaridad de los libaneses con las víctimas de los atentados del martes y miércoles y el espíritu de resistencia de sus partidarios, Nasrallah hizo un balance de la falta de seguridad sin precedentes, con una mezcla de autocrítica y justificación. Se dirigía tanto a sus detractores como a sus partidarios, cuya confianza en el movimiento se ha visto sacudida. Para la politóloga y experta en Hezbolá Chiara Calabrese, “la legitimidad de Hezbolá se ha construido en gran medida, dentro de sus bases, sobre la creencia de que es el único partido capaz de protegerlo. Su responsabilidad está en juego. Estos atentados han dejado la impresión de que Israel, con su enorme ventaja tecnológica, puede hacer cualquier cosa sin que Hezbolá se dé cuenta”.

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