El betel, un fruto seco tan odiado como querido, ocupa un lugar especial en la cultura de la isla. Cientos de miles de personas, en su mayoría de clase obrera, consumen este estimulante y muchas otras lo consumen. Pero pocos saben que este fruto seco es cancerígeno y mata a miles de personas cada año. Lucie Barbazanges, de France 24, informa sobre ello.
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