Seguramente pocas cosas hay más gráficas que el hecho de que una persona en silla de ruedas les recuerde a los conductores las consecuencias de una conducta imprudente al volante. Conocemos los riesgos, pero a veces, por un exceso de confianza, porque nunca pasa nada hasta que pasa, circulamos a una velocidad excesiva, nos distraemos cuando recibimos una llamada o un mensaje de texto al móvil o nos despistamos con respecto al cumplimiento de la señalización horizontal o vertical que debe guiarnos siempre en el uso de la calzada. Qué decir del consumo de alcohol. Todos estamos más que avisados de los efectos que produce.
Una imprudencia o una distracción pueden cambiarlo todo para siempre. Unas décimas de segundo pueden ser fatales. La diferencia entre la vida y la muerte. El corto espacio de tiempo que puede condicionar el resto de nuestra existencia y la convivencia con la gente a la que queremos. De eso va precisamente la campaña que ha puesto en marcha la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (ASPAYM) con el lema “No corras, no bebas, no cambies de ruedas“.
Se trata de una campaña de ámbito nacional que esta organización sin ánimo de lucro ha puesto en marcha en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT), la Guardia Civil y las subdelegaciones del Gobierno. Esta iniciativa tiene como elemento fundamental, precisamente, la participación activa de voluntarios, personas con lesión medular, víctimas de accidentes de tráfico.
Esas personas acompañarán ocasionalmente a los agentes de Tráfico encargados de realizar controles preventivos de velocidad o de alcoholemia. Los voluntarios de ASPAYM se acercarán a los vehículos retenidos para explicarles a sus conductores el objetivo de esta campaña y el mensaje que se pretende transmitir con la misma. Fundamentalmente, recordarles a las personas que se ponen al volante de cualquier tipo de vehículo la importancia de respetar las normas para cuidar de ellos mismos y de los demás usuarios de las vías públicas.
Con su presencia, asimismoles recordarán a todos esos conductores las consecuencias y las secuelas irreversibles en muchos casos de los accidentes de tráfico, a veces provocados por actos imprudentes al volante.
PRESENTE EN EL 23% DE LOS ACCIDENTES MORTALES
La propia Dirección General de Tráfico (DGT) desarrolló la pasada semana una campaña de control de la velocidad en carreteras convencionales y vías urbanas, que finalizó precisamente este domingo, día 21 de julio. Voluntarios de ASPAYM se sumaron a los agentes de la Guardia Civil en el desarrollo de la misma, según informó a los medios de comunicación la subdelegada del Gobierno en Lugo, Isabel Rodríguezquien supervisó su desarrollo, en compañía del jefe provincial de Tráfico, Alberto Rodríguez.
La subdelegada se desplazó hasta guitíriz y valoró sobre el terreno “este refuerzo en los controles, para que la gente perciba la velocidad como un factor de riesgo, pues está presente en un 23% de los accidentes mortales”, explicó.
Según datos de la Dirección General de Tráfico, el 60% de los conductores reconoce circular por encima de los límites de velocidad establecidos en carreteras convencionales, casi el 50% en zonas urbanas y más del 60% confiesa que circula a más velocidad que la permitida en autovías y autopistas.
Esa campaña de vigilancia y control pretendía llamar la atención de los conductores sobre la incompatibilidad de circular a una velocidad alta con la seguridad en la conducción, “tal y como ya está asumido en el caso del uso del cinto o el casco, o el consumo de alcohol”, afirmó la subdelegada.
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Desde la propia DGTse reconoce que todavía falta concienciación sobre la repercusión y las consecuencias de una conducción a velocidad inadecuadasingularmente en caso de atropello. Por ello, Isabel Rodríguez agradeció el trabajo de los agentes de tráfico en esta campaña, “reforzando los controles en los tramos más peligrosos y garantizando la seguridad vial de todos los usuarios de las carreteras“.
Determinó que “los excesos de velocidad tienen un impacto directo tanto en el aumento del riesgo del siniestro durante la conducción, como en el aumento de la severidad de las lesiones de las personas accidentadas”.