WASHINGTON — Funcionarios de inteligencia estadounidenses dijeron el lunes que estaban seguros de que Irán era responsable del hackeo a la campaña presidencial de Donald Trump, describiendo la intrusión cibernética como parte de un esfuerzo descarado y más amplio por parte de Teherán para interferir en la política estadounidense y socavar la fe en las instituciones democráticas.
Aunque la campaña de Trump y los investigadores de ciberseguridad del sector privado habían dicho previamente que Irán estaba detrás de los intentos de piratería, fue la primera vez que el gobierno estadounidense atribuyó la culpa del ataque.
La declaración conjunta del FBI y otras agencias federales también indicó que Irán era responsable de los intentos de piratear la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris, diciendo que los piratas informáticos habían “buscado acceso a personas con acceso directo a la campaña presidencial de ambos partidos políticos”.
Los funcionarios federales dijeron que el objetivo del hackeo y otras actividades no era sólo sembrar discordia sino también dar forma al resultado de unas elecciones que Irán percibe como “particularmente importantes en términos del impacto que podrían tener sobre sus intereses de seguridad nacional”.
“Hemos observado una actividad iraní cada vez más agresiva durante este ciclo electoral, que involucra específicamente operaciones de influencia dirigidas al público estadounidense y operaciones cibernéticas dirigidas a las campañas presidenciales”, señala el comunicado, que además del FBI también fue publicado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura.
La declaración confirma en gran medida las conclusiones de empresas privadas como Microsoft, que a principios de este mes publicó un informe que detallaba los intentos de agentes extranjeros de interferir en las elecciones de este año, y Google, que dijo por separado que un grupo iraní vinculado a la Guardia Revolucionaria del país ha intentado infiltrarse en las cuentas de correo electrónico personales de aproximadamente una docena de personas vinculadas al presidente Joe Biden y Trump desde mayo.
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