¿El fortalecimiento de las relaciones entre Egipto y Turquía alarmaría a Israel?

Egipto, al igual que Turquía, es una civilización antigua con raíces que se remontan a miles de años. Históricamente, Egipto estuvo, en ocasiones, bajo el dominio del Imperio Otomano. Durante la era de Mehmet Ali Pasha, cuando se desempeñó como Jedive de Egipto, se estableció una relación política única entre Egipto y el Estado otomano. Por primera vez en la política mundial, surgió una forma de gobierno semiindependiente, y se le otorgó a Egipto un estatus diferenciado bajo el liderazgo de Mehmet Ali Pasha, lo que refleja un notable equilibrio entre autonomía y dominio imperial.

Figuras prominentes como Mehmet Ali Pasha e Ibrahim Pasha desempeñaron papeles importantes en el Jedive de Egipto y, bajo su liderazgo, en particular con las reformas de Mehmet Ali Pasha, Egipto floreció tanto en riqueza como en cultura. Esta prosperidad dejó una huella duradera, que es evidente en muchos de los edificios históricos de Estambul que nos recuerdan ese rico legado.

Al caminar por las calles de El Cairo, ya sea en una oficina gubernamental, un restaurante, una cafetería, una barbería o una tienda de comestibles, es frecuente encontrarse con personas que comparten con orgullo su conexión con Estambul, su herencia turca o sus raíces otomanas. En los países occidentales, ser turco puede tener a veces connotaciones negativas, pero en Egipto, ser turco o tener vínculos con el Imperio Otomano, especialmente con Estambul, se asocia con la aristocracia y el gobierno: un símbolo de estatus. Cuando los egipcios dicen: “Soy de Estambul”, se puede ver un orgullo innegable en sus rostros.

El dominio de las potencias occidentales perduró durante aproximadamente 200 años, pero al final prevalecieron las culturas auténticas de las naciones, lo que las llevó a redescubrir y regresar a sus identidades originales.

Acercamiento, paz

Cuando comenzó la guerra de Gaza, tal vez una de las cuestiones más críticas a nivel mundial que tuvo un impacto en el conflicto fue el acercamiento entre Turquía y Egipto. Turquía tenía una posición muy clara en Gaza e Israel. Por otra parte, Egipto adoptó una postura decisiva contra Israel, que tenía como objetivo expulsar a los habitantes de Gaza hacia el Sinaí al comienzo de la guerra. Gracias a la exitosa resistencia de los habitantes de Gaza y a la renuencia de Egipto a aceptar tal expulsión, Israel se vio obligado a cambiar su estrategia.

La solidaridad de Turquía y Egipto en esta cuestión ha sido una fuente extraordinaria de fortaleza y apoyo para el pueblo oprimido que lucha en Gaza, para la seguridad de Egipto y para las relaciones entre Turquía y Egipto.

Un día, cuando las botas imperialistas abandonen estas tierras, su influencia también abandonará estos países, y gracias a la solidaridad de Turquía y Egipto, ya podemos prever qué temas se abrirán en Siria, Libia y muchos países africanos, tanto en política exterior, diplomacia y otros campos.

El presidente Recep Tayyip Erdoğan dijo, durante su visita a Egipto, que Turquía apoya la posición justa de Egipto en las relaciones entre Israel y Egipto. Por otra parte, El Sisi, al mencionar los vínculos entre Turquía y Egipto, enfatizó que Egipto apoyaría los intereses de Turquía en Somalia, Libia y otros países africanos. En cierto modo, quedó bien subrayado y confirmado bilateralmente que el acercamiento entre Egipto y Turquía beneficiaría a ambas partes.

Geopolítica hecha por uno mismo

Por otra parte, Grecia es el país que se sentirá más molesto por la mejora y el desarrollo de las relaciones entre Egipto y Turquía. Cuando las relaciones entre Turquía y Egipto eran problemáticas, Grecia intentó persistentemente organizar un complot en el Mediterráneo sobre la Jurisdicción Marítima y la Zona Económica Exclusiva. Curiosamente, los estados con los que intentó jugar fueron los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto y Francia. Mientras Francia estaba preocupada por su propia situación, los EAU y Egipto comenzaron a aplicar una política pro-Turquía en el Mediterráneo oriental. Al final, Grecia no se benefició, a largo plazo, de sus intentos de adoptar esas políticas maximalistas más allá de su capacidad.

Cuando las relaciones de Turquía con Estados Unidos se deterioraron durante la guerra civil siria, sus vínculos con muchos actores regionales, entre ellos Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, también sufrieron. Sin embargo, Turquía mantuvo su fuerza a lo largo del tiempo, participando activamente en Libia y Karabaj y afirmando su presencia naval en el Mediterráneo. Hoy, Turquía está reconstruyendo sus relaciones con casi todos los países con los que alguna vez tuvo tensiones, incluida Siria. Estos vínculos renovados se han forjado no a través de la OTAN, los Estados Unidos o las potencias europeas, sino a través de los esfuerzos propios y la fuerza de Turquía, basados ​​en la voluntad mutua. Creo que estas relaciones serán más sólidas y beneficiosas que nunca.

Turquía salió fortalecida de la guerra civil siria, evitó los disturbios internos y consolidó su papel en la seguridad regional, transformando su territorio en un refugio. Egipto y Turquía, que han coexistido bajo el mismo paraguas durante muchos años, han vuelto a demostrar su profunda solidaridad. Las naciones con tradiciones tan duraderas actúan con dignidad y, aunque se enfrenten a dificultades, su arte de gobernar histórico las guía hacia el restablecimiento de relaciones prácticas y mutuamente beneficiosas. Creo que el acercamiento entre Turquía y Egipto allanará el camino para una evolución muy positiva en la geopolítica regional.

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