El juicio por violación masiva en Francia «muestra hasta qué punto la violencia sexual está integrada en nuestra sociedad»

Noémie Renard creó el blog Antisexisme.net en 2011 para documentar, a partir de artículos científicos y de ciencias sociales, las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres y para combatir los clichés sexistas. Es autora de Poner fin a la cultura de la violación (“Poner fin a la cultura de la violación”, 2018), un libro en el que deconstruye ideas preconcebidas sobre la violación y la sexualidad.

La expresión «cultura de la violación» se ha utilizado masivamente desde el inicio del proceso por las violaciones ocurridas en el domicilio de Dominique y Gisèle Pelicot, en Mazan, en el sur de Francia, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales. ¿Cómo revela este caso la existencia de una cultura de la violación en nuestra sociedad?

El proceso por violación de Mazan muestra hasta qué punto la violencia sexual está integrada en nuestra sociedad. Durante diez años, Gisèle Pelicot fue víctima de 80 hombres, de los cuales 50 fueron identificados, todos reclutados por su ex marido, Dominique Pelicot. Al parecer, no tuvo ninguna dificultad para encontrar hombres dispuestos a tener relaciones sexuales con su esposa inconsciente. Y ninguno de los hombres que se negaron informó a la policía.

Estos simples hechos demuestran que la violación no es un fenómeno que sólo se da en los márgenes de la sociedad, y así lo han demostrado numerosos estudios. Si la violación puede ser tan masiva y generalizada es porque nuestra sociedad tolera estos actos y hace la vista gorda ante muchos casos de violencia sexual.

Leer más Solo suscriptores Se abre juicio contra hombre acusado de drogar a su esposa y dejar que 51 hombres la violaran

El concepto de “cultura de la violación” ayuda a conceptualizar esta cuestión, poniendo de relieve la naturaleza sistémica de la violencia sexual. Este concepto, que surgió en los Estados Unidos en la década de 1970 como parte del feminismo radical, comenzó a emplearse en Europa en la década de 2000 y durante mucho tiempo ha estado confinado a los círculos feministas. La naturaleza extremadamente impactante del caso Pelicot ha causado una profunda impresión, revelando al público en general la omnipresencia de la cultura de la violación en nuestra sociedad.

El término “cultura de la violación” suele malinterpretarse. ¿Qué tiene de cultural la violación?

El término “cultura” designa todo lo que comparten los miembros de una sociedad: creencias, tradiciones, leyes, representaciones, formas de relacionarse con los demás, formas de organización. Esta noción supone, pues, que la presencia masiva de la violencia sexual y la impunidad de los agresores no son en absoluto “naturales”, sino que resultan de un imaginario colectivo, de representaciones culturales y de la presencia de relaciones de poder que estructuran la sociedad (hombres-mujeres, adultos-niños, organización en el trabajo, en la familia). La cultura de la violación designa todos los estereotipos y hechos sociales que incentivan la violencia sexual e impiden que se la identifique como tal una vez cometido el acto, haciéndolo pasar por relaciones sexuales “normales”.

Te queda el 73,03% de este artículo por leer. El resto es solo para suscriptores.

Fuente