Por Steve Pueblos | Associated Press
NUEVA YORK – Cuando los críticos de No Labels fueron más fuertes, fue Joe Lieberman quien salió en defensa del grupo.
El exsenador de Connecticut fue presidente fundador de la organización centrista que se centró, sobre todo, en promover el bipartidismo en la política nacional. A pesar de su misión declarada benigna, No Labels enardeció a muchas personas en toda la política al trabajar para reclutar a un candidato presidencial de un tercer partido que algunos temen podría inclinar las elecciones de 2024 a favor de Donald Trump.
En casi todos los momentos importantes, Lieberman actuó como el principal defensor público del grupo. También fue una fuerza privada en la campaña de reclutamiento presidencial de No Labels. Insistió repetidamente en entrevistas, tan recientemente como la semana pasada, que la nación anhela una alternativa a Trump y al presidente Joe Biden.
“Este es el momento de una candidatura de unidad bipartidista”, dijo Lieberman a Bloomberg Television el jueves pasado. “Ahora sólo tenemos que encontrar una candidatura bipartidista sólida para recomendar a los delegados de No Labels en las próximas dos semanas. Eso no es fácil”.
Ahora Lieberman se ha ido. Murió el miércoles por complicaciones de una caída. Tenía 82 años.
La muerte de Lieberman no sólo marca una pérdida irreemplazable para No Labels, sino que inyecta un nuevo nivel de incertidumbre en las ambiciones de la organización para 2024.
Apenas unas horas antes de que se informara la noticia de su muerte esta semana, el ex gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien se postuló dos veces sin éxito para la nominación del Partido Republicano, anunció su decisión de no unirse a la candidatura presidencial de No Labels. Fue el último de una serie de rechazos de alto perfil al grupo, que, no obstante, se ha asegurado un lugar en las papeletas presidenciales en más de una docena de estados.
No Labels ya había cortejado y sido negado por posibles contendientes a la Casa Blanca en ambos partidos, incluido el gobernador de Maryland, Larry Hogan, el senador Joe Manchin, demócrata por Virginia, el senador Mitt Romney, republicano por Utah, y el gobernador de Georgia, Brian. Kemp.
El jueves, una nueva ola de críticos pidió a No Labels que abandonara sus planes para 2024.
“A estas alturas no estoy seguro de qué más necesita oír el público de No Labels. Toda persona seria que haya echado un vistazo a esta táctica ve inmediatamente que solo estaría ayudando a elegir a Donald Trump”, escribió en X Sarah Longwell, quien fundó Republican Voters Against Trump. “Es hora de que No Labels y sus donantes desconecten .”
El liderazgo de No Labels se negó a abordar sus planes para 2024 el jueves debido al fallecimiento de Lieberman. Su funeral estaba previsto para el viernes.
Pero surgieron nuevos detalles en la lucha del grupo por persuadir a candidatos fuertes para que se unan a su fórmula presidencial.
Lieberman estuvo íntimamente involucrado en las conversaciones de reclutamiento con candidatos potenciales. Participó en llamadas introductorias de Zoom y mantuvo contacto regular con los mejores prospectos, incluida Christie.
El equipo del ex gobernador de Nueva Jersey analizó seriamente una posible candidatura de No Labels. Sus asesores hicieron encuestas, modelaron y estudiaron los desafíos de la recaudación de fondos, según una persona familiarizada con el pensamiento de Christie, a la que se concedió el anonimato para revelar conversaciones privadas.
Al final, Christie determinó que un boleto de No Labels no era viable, a pesar de la insistencia de la organización en lo contrario.
“Si bien creo que esta es una conversación que debe tenerse con el pueblo estadounidense, también creo que si no hay un camino para ganar y si mi candidatura de alguna manera ayudaría a Donald Trump a ser presidente nuevamente, entonces no es el camino a seguir”, dijo Christie el miércoles en un comunicado.
Otro crítico republicano de alto perfil de Trump, el gobernador de New Hampshire, Chris Sununu, también estuvo en contacto regular con No Labels en los últimos meses. Sununu, que consideró brevemente una candidatura republicana a la Casa Blanca, ha anunciado que no buscará la reelección este otoño.
Sintiendo la oportunidad, No Labels se acercó repetidamente a Sununu y le indicó que él era una de sus principales opciones basándose en los datos de los grupos focales, según un asesor de Sununu que habló bajo condición de anonimato para revelar discusiones privadas.
Sununu dijo repetidamente a los asesores de No Labels que no estaba interesado, dijo el asesor. No Labels se acercó nuevamente a principios de marzo para evaluar el interés de Sununu, y el gobernador de New Hampshire nuevamente dijo que no.
Aún así, No Labels parece estar avanzando.
El grupo anunció el miércoles, justo antes de que surgiera la noticia de la muerte de Lieberman, que había asegurado el acceso a las urnas en Wyoming. Eso hace que sean 19 los estados, incluidos los estados indecisos de Arizona y Nevada, en los que No Labels dice que ha calificado oficialmente para la elección presidencial.
Si bien eso es más de lo que el candidato de un tercer partido, Robert F. Kennedy Jr., ha confirmado hasta ahora, está lejos de la cantidad de estados que un candidato necesitará para tener una oportunidad legítima de ganar la presidencia.
Sin embargo, fue el propio Lieberman quien escribió un mensaje a principios de mes delineando el camino a seguir.
Escribió que formaba parte de un comité sin etiquetas denominado “Country Over Party”, que estaba a cargo de identificar candidatos para la fórmula de unidad.
“Si encontramos dos candidatos que cumplan con nuestro alto umbral, recomendaremos ese boleto a los delegados de No Labels para una votación de nominación en una Convención Nacional de Nominaciones que se llevará a cabo a finales de esta primavera”, dijo Lieberman hace apenas dos semanas. “Si No Labels no puede encontrar candidatos que cumplan con este alto umbral, entonces simplemente no ofreceremos nuestra línea de votación a nadie”.
“Seguimos firmes y confiados en nuestra misión”, continuó Lieberman, “porque sabemos que contamos con el respaldo de la gran mayoría de sentido común de Estados Unidos”.
Los periodistas de Associated Press Jonathan J. Cooper en Phoenix y Jill Colvin en Nueva York contribuyeron.