Una cerveza en memoria de Paul, un americano cuyas cenizas llegaron en una botella a Galicia

Pablo Nicolas era surfista y soñaba con surferar por todo el planeta. Se lo impidió una muerte temprana en 2020, cuando sólo tenía 35 años. Meter sus cenizas en botellas y lanzarlas al mar en la costa de Florida fue la forma que encontró su familia de cumplir su sueño.

Sucede que una de esas botellas, de güisqui para más señas, llegó en enero de 2023 en Punta da Centinela, en el municipio pontevedrés de OíaLa encontró un vecino de la localidad llamado Secundino Vicente. Secundino enseguida telefoneó a su primo alfredoquien ha recordado en COPE aquel momento.

“Mi primo se dedica mucho a pasear por la orilla del mar y en uno de esos paseos encontró la botellita. Una minibotella de güisqui, y se la llevó para casa. Y me llamó. Entonces me acerqué a su casa y a la hora de abrirla nos encontramos con la sorpresa de que dentro había dos billetes de dólar, un mensaje en inglés y un pequeño tubito transparente, de unos 5 centímetrosque al principio incluso pensamos, bromeando, que sería droga, explica.

La sorpresa

Sin embargo, al leer el mensaje, la sorpresa fue mayúscula al comprender que se trataba de las cenizas de un surfista y que esa botella había recorrido más de 6.500 kilómetros desde Florida hasta la costa de Oia.

El mensaje explicaba que el dueño de las cenizas había fallecido en un accidente haciendo surf y que quería seguir surfeando el resto de su vida. Añadía que quien encontrara la botella se tomara una cervea a la salud de Paul en el chiringuito de la playa para recordarlo y que arrojara las cenizas donde se hubiese encontrado la botella.



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