La confirmada salida de Kylian Mbappé de París el próximo 30 de junio abre una nueva era en el Parque de los Príncipes. Los dirigentes del PSG apuestan por un cambio de rumbo con la salida de su gran estrella en los últimos años, en busca de consagrarse en lo más alto de la élite europea.
Un nuevo capítulo que ya inició el pasado verano con la llegada de Luis Enrique, un perfil totalmente opuesto a los entrenadores que se iban sucediendo constantemente en la capital francesa. El asturiano fue la gran apuesta desde Qatar, sobrepasando las prioridades del director deportivo, Luis Campos.
El portugués apunta a ser uno de los damnificados con la salida de Mbappé. Su paso por el PSG no está surgiendo el efecto deseado y sus apuestas fallidas empiezan a colmar la paciencia entre los dirigentes parisinos.
Una de las grandes bazas de Luis Campos para llegar a París era su gran relación con Mbappé y desde Qatar se confió en él para abordar la continuidad de la estrella francesa. Con el futuro de Mbappé más que resuelto, todo apunta que los qatarís apostaran por dar relevo al directivo portugués.
Una relación cordial
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La relación de Luis Campos tanto con Luis Enrique como con Mbappé sigue siendo correcta y cordial, aunque lejos de lo cercana que desearía desde el país propietario del club parisino. Su gran objetivo en las oficinas de París ha sido una vez más insuficiente y todo apunta a que su salida se producirá junto a la de Mbappé.
Luces y sombras en las diferentes ventanas de mercado, al portugués se le fichó con el gran objetivo de tratar la carpeta Mbappé, dejando de lado su capacidad para firmar jóvenes talentos.
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Con el futuro de Mbappé más en Madrid que nunca, Luis Campos deberá hacer las maletas en busca de una nueva aventura.