El "plan motosierra" de Milei quiere cortar de raíz la ciencia argentina

Cinco argentinos han obtenido el Premio Nobel, y tres de ellos por su trabajo científico. Bernardo Houssay, en 1947, por dilucidar el papel que desempeña la hormona del lóbulo pituitario anterior en el metabolismo del azúcar. Luis Federico Leloir fue galardonado en 1970 por el descubrimiento de los nucleótidos de azúcar. Catorce años más tarde, César Milstein lo ganó en virtud de sus teorías relativas a la especificidad en el desarrollo y control del sistema inmunológico. Lo que tienen en común es haberse formado en la universidad pública. El prestigio internacional de la ciencia argentina siempre vino de la mano de la emigración forzosa de parte de sus protagonistas. La llamada “fuga de cerebros” ha conocido tres olas significativas: las dos primeras durante las dictaduras militares de 1966 y 1976. La última bajo el peso del recorte presupuestario del Gobierno neoliberal de Carlos Menem. La cuarta ola ha comenzado con Javier Milei y promete una intensidad nunca vista. El Gobierno de ultraderecha no solo eliminó el ministerio de Ciencia y Tecnología. Amenaza con erradicar las bases de sustentación de todas sus disciplinas.

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