Dicen que no existen las despedidas perfectas, aunque en el caso de Jürgen Klopp pocos finales se podían imaginar tan oscuros como este. Desde que el técnico alemán anunciase su marcha del Liverpool este próximo verano, el equipo de Merseyside se ha desdibujado como nunca lo había hecho para despedirse de su temporada mucho antes de lo esperado. No habrá regalo final para Klopp.
Lejos parece quedar ya ese 26 de enero en el que Jürgen Klopp, contra todo pronóstico, anunciaba que era momento de tomarse un respiro después de nueve temporadas al frente del Liverpool. El técnico alemán había sido el principal artífice del resurgir del equipo de Merseyside, así que su marcha supondrá un cambio radical en la estructura del club.
Todo parecía empezar sobre ruedas cuando apenas unas semanas después de anunciar su marcha, el Liverpool conquistaba una Carabao Cup épica contra el Chelsea. Su victoria parecía presagiar el inicio de una despedida perfecta para Klopp, aunque las cosas no han podido ir peor desde entonces.
Sin opciones de nada
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En una Premier League que no permite errores, el Liverpool ha sido de los tres contendientes quien más ha rifado su suerte para conquistar el campeonato inglés. Los múltiples tropiezos del equipo de Jürgen Klopp, el último este miércoles contra su rival en el derbi Everton, hacen que sea prácticamente imposible pelear por la Premier League esta temporada. Los ‘reds’ lo tenían en sus manos, aunque no han podido soportar la presión asfixiante tanto de Arsenal como del Manchester City.
Calvert-Lewin celebrando el gol de la sentencia ante el Liverpool / AP
Por si fuera poco, el Liverpool perdió sus opciones en la FA Cup contra su eterno rival el Manchester United en unos cuartos de final apoteósicos que acabaron de hundir la moral del equipo de Merseyside. La derrota fue un varapalo importante para el equipo, que acabó por arrastrar sus malas sensaciones a la competición europea.
En Europa League, el desastre se magnificó como nunca antes se había visto en la etapa de Klopp. El equipo cayó estrepitosamente en el partido de ida de cuartos de final contra el Atalanta en Anfield (0-3). No hubo respuesta del Liverpool en el partido de vuelta, que perdió así sus opciones de pelear por títulos esta temporada.
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Pocas despedidas se podían haber imaginado más amargas como la que está viviendo Jürgen Klopp en el Liverpool. Lo peor no están siendo los resultados, sino las sensaciones de un equipo sin alma incapaz de prestar un último servicio a su gran valedor. Queda cada vez menos para cerrar su etapa en Anfield, una despedida que se saldará sin títulos. Una auténtica pena.