Un gran Luque, a hombros en la ilusionante alternativa de Sergio Rodríguez en Ávila

Tarde de buen toreo en Ávila, con dos figuras triunfantes en Sevilla y un toricantano que llegaba a la alternativa en su tierra tras destacar el pasado domingo en Madrid. Perera y Luque hicieron el esfuerzo y sacaron grandes réditos ante una corrida de Monte la Ermita con fondo de casta y entrega cuando se les apretó de verdad. Y una alternativa ilusionante del torero que busca y necesita Ávila, Sergio Rodríguez, que demostró que los jóvenes siguen pidiendo paso en cuanto se les da la oportunidad.

El toro de la alternativa de Sergio trajo unas hechuras preciosas. Con su remate y su hechuras perfectas. Tuvo nobleza y buen son desde que tomó el capote pero siempre con la tendencia a salir suelto en cuanto no veía engaño. Tras la ceremonia, un inicio de faena explosivo de rodillas aguantando un parón de infarto antes del último muletazo que ligó al de pecho. Se desplazo más y mejor por el derecho, por donde planeó en la búsqueda de una muleta que manejó con mando y temple el toricantano. Metió la mano con habilidad y obtuvo el doble trofeo con merecimiento.

El sexto fue el animal menos claro del envío del hierro de S y la R. El abulense mostró su versión más firme y sólida e incluso robó algún muletazo de mérito. Paseó una oreja como premio al conjunto tras un pinchazo y una estocada que necesitó del descabello.

Miguel Ángel Perera se las vio en primer lugar con un animal al que le costó romper hacia adelante. El extremeño aplicó ciencia y paciencia para ir doblegando la voluntad del toro a base de técnica y sitio. Al natural tuvieron mérito varias tandas por el largo trazo de los muletazos. Pero el fallo a espadas le privó de tocar pelo.

Si lo consiguió en el cuarto, un toro medio y complicado en los primeros tercios al que a base de pisar el sitio adecuado le hizo romper hacia adelante a partir de mitad de faena. Primero al natural, llevándole muy tapado, y después en una postrera tanda en redondo proponiendo mano baja y ligazón. Tras una estocada casi entera se pidieron las dos orejas que un palco cicatero dejó en un trofeo que supo a demasiado poco. Hubo bronca al palco y Perera se vio obligado a dar dos vueltas al ruedo.

Daniel Luque sorteó un precioso jabonero al que toreó con empaque y largura a partes iguales. Al natural lo bordó en tandas profusas en cantidad y calidad. En redondo le hizo romper hasta conseguir una última serie de mucho mérito por aguante y precisión en los toques. Media en buen sitio fue más que suficiente para tumbar al toro y pasear por el doble premio.



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