Las personas genéticamente predispuestas a una vida más corta pueden vivir unos cinco años más si siguen un estilo de vida saludable, sugiere un estudio.
En el primer estudio de este tipo, los investigadores querían evaluar cómo se pueden mejorar las probabilidades de supervivencia mediante el ejercicio, una dieta saludable, dormir lo suficiente y no fumar.
El estudio, en el que participaron más de 350.000 británicos, mostró que aquellos con un alto riesgo genético de una vida más corta tienen una quinta parte (21 por ciento) más de probabilidades de morir jóvenes que aquellos con un riesgo genético bajo, independientemente de su estilo de vida.
En el primer estudio de este tipo, los investigadores querían evaluar cómo se pueden mejorar las probabilidades de supervivencia mediante el ejercicio, una dieta saludable, dormir lo suficiente y no fumar. Existencias
Mientras tanto, las personas con estilos de vida poco saludables tienen un 78 por ciento más de posibilidades de morir prematuramente, tengan o no genes que acortan la vida.
Tener un estilo de vida poco saludable y genes indicativos de una esperanza de vida más corta duplicó con creces el riesgo de muerte prematura en comparación con personas con genes más afortunados y estilos de vida saludables.
Pero la buena noticia para estas personas es que el estilo de vida sí tuvo un grado significativo de control sobre lo que sucedió, según los hallazgos de expertos de la Universidad de Edimburgo y la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang en China.
Cualquier riesgo genético de una vida más corta o una muerte prematura puede compensarse con un estilo de vida más saludable en alrededor del 62 por ciento.
Los expertos dijeron: “Los participantes con alto riesgo genético podrían prolongar aproximadamente 5,22 años de esperanza de vida a los 40 años con un estilo de vida favorable”.
Se descubrió que la “combinación óptima de estilos de vida” para una vida más larga es no fumar nunca, realizar actividad física regular, dormir una duración adecuada y comer sano.
Los investigadores observaron la puntuación de riesgo poligénico de los participantes: miles de variantes genéticas en el genoma de una persona para estimar su riesgo de desarrollar una enfermedad específica.
Cada variante genética individual tiene un pequeño efecto sobre el riesgo de enfermedad de una persona.
Pero al observar todas las variantes juntas, los científicos pueden estimar su riesgo general de desarrollar una enfermedad.
Las personas se agruparon en tres categorías de esperanza de vida determinadas genéticamente: larga (20,1 por ciento), intermedia (60,1 por ciento) y corta (19,8 por ciento), y en tres categorías de puntaje de estilo de vida, incluyendo favorable (23,1 por ciento), intermedia (55,6 por ciento). por ciento) y desfavorable (21,3 por ciento).
Luego lo analizaron junto con factores del estilo de vida como la dieta, el ejercicio, el sueño y si fumaban.
Publicado en la revista BMJ Evidence Based Medicine, el estudio siguió a las personas durante un promedio de 13 años, tiempo durante el cual ocurrieron 24.239 muertes.
Matt Lambert, responsable superior de información sanitaria del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, afirmó: “Esta nueva investigación muestra que, a pesar de los factores genéticos, llevar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta nutritiva equilibrada y mantenerse activo, puede ayudarnos a vivir más tiempo”. También sabemos que puede reducir el riesgo de cáncer.’